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Después de haber terminado las predicciones que la profesora de adivinación les había mandado salió por el hueco del retrato de la dama gorda. Camino un rato por los alrededores del lago negro mientras miraba como el calamar gigante movía sus tentáculos de un lado a otro; de vez en cuando salpicando a uno que otro estudiante.

Cuando se sentó bajo el pie de un gran árbol pensó en como las cosas habían cambiado en tan sólo unas semanas, ahora estaba en Hogwarts y tenía nuevos amigos; aunque muchos Gryffindor's le miraban mal por tener amistad con los Slytherin's. Y siendo sinceros ella pensaba que los Gryffindor's eran unos hipócritas y los Slytherin's a pesar de ser serios cuando tenían un amigo podían ser leales.

Eso lo había comprobado con Jane, Hiromi, Astoria, Pansy y Daphne. Ya que las últimas tres se habían mostrado frías cuando las conoció en el tren; habían demostrado ser buenas amigas.

En los últimos días su primo, Draco le había presentado a sus dos mejores amigos; Blaise Zabini y Theodore Nott, ambos le habían dicho que podría ser una digna Slytherin y ella muy en sus adentros había estado de acuerdo.

Si le hubiesen dado a elegir en cuál de las cuatro casas estar ella, sin duda, hubiese elegido la de las serpientes.

Lo mejor de todo es que ya faltaba cada vez menos para que el mes de octubre llegara y con eso poder ver a Lauren y Lila, las extrañaba tanto.

Nunca se había puesto a pensar en cuanto podría extrañar su compañía hasta que se había separado de ellas para venir a Hogwarts. A pesar de las diferencias de edades siempre habían tenido una buena amistad; Lauren por su parte tenía dieciséis años y cursaba su sexto año en Beauxbatons y Lila tenia trece años y cursaba el tercer año.

Ella y Lauren consideraban a Lila como su hermana menor, siempre había sido una chica frágil, Lila no tenía una familia, en cuanto había nacido su madre la había dejado en la puerta de un orfanato y eso era algo con lo que Lila tendría que cargar toda su vida; aunque a veces se preguntaba si su familia no la estaría buscando.

Lauren por su parte era una chica que tenía una familia, era una mestiza y su vida al parecer era perfecta, era hija única y su padre tenía una montaña de oro en Gringotts.

Cuando Nevaeh entro al castillo hacia unas horas que ya había oscurecido.

Mientras caminaba con dirección a la torre de Gryffindor un chico de pelo castaño y ojos grises se acercó a saludarla.

-Hola- murmuró el muchacho.

Nevaeh con el entrecejo fruncido le miro de manera extraña.

-¿Y tú quién eres?- hablo de manera brusca.

-Soy Cedric Diggory de Hufflepuff- contesto él de manera amable.

-¿Debería interesarme?- pregunto de manera grosera rogando internamente para que el chico se fuera.

No tenía ganas de perder su tiempo hablando con él. Ni mucho menos quería entablar amistad con él.

-Solo quería conocerte- contesto el chico un poco intimidado.

-Supongo que ya todos saben quién soy; no deberías perder el tiempo ya que no quiero tu amistad- dijo con frialdad.

Cedric quedó sorprendido por sus palabras y Nevaeh aprovechando eso se metió por el retrato de la dama gorda.

En cuanto entro a la sala común miro a Harry y Ron que al parecer estaban inventando que desgracia sería mejor escribir en la tarea de adivinación. Nevaeh ignorándolos olímpicamente subió las escaleras que llevaban al dormitorio de chicas y entro en la habitación que compartía con sus otras compañeras de casa.

La hija de Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora