Por fin el tan aclamado día había llegado y Nevaeh no podía sentirse más feliz, ya era treinta de octubre y vería a sus mejores amigas después de tantos meses. Bajo a desayunar con una sonrisa inmensa por lo cual muchos se extrañaron ya que se habían acostumbrado a su mirada de repugnancia y total odio.
En cuanto bajo a desayunar las lechuzas ya estaban entregando el correo, Kiernan no había respondido su carta aun.
Las clases habían pasado tan rápido que ni siquiera se percató; durante la clase de pociones no había tomado en cuenta las miradas de desprecio que el profesor Snape le había dado.
En cuanto la clase había concluido fue corriendo a la torre de Gryffindor a dejar su mochila como habían ordenado y había bajado de prisa al vestíbulo donde los jefes de casa colocaban a sus alumnos en fila.
-Weasley, ponte bien el sombrero- le ordenó la profesora McGonagall a Ron-. Patil, quítate esa cosa ridícula del pelo.
Parvati frunció el entrecejo y se quitó una enorme mariposa de adorno del extremo de la trenza.
-Seguidme, por favor- dijo la profesora McGonagall-. Los de primero delante. Sin empujar...
Bajaron en fila por la escalinata de la entrada y se alinearon delante del castillo. Era una noche fría y clara. Oscurecía, y una luna pálida brillaba ya sobre el bosque prohibido.
Nevaeh estaba de pie al lado de Hermione y miraba entusiasmada hacia los lados esperando ver a alguna de sus amigas.
-¡Ajá! ¡Si no me equivoco, se acercan los representantes de Beauxbatons!
-¿Por dónde?- preguntaron muchos con impaciencia, mirando en diferentes direcciones.
-¡Por allí!- gritó uno de sexto, señalando hacia el bosque.
Una cosa larga, mucho más larga que una escoba (y, de hecho, que cien escobas), se acercaba al castillo por el cielo azul oscuro, haciéndose cada vez más grande.
-¡Es un dragón!- gritó uno de los de primero, perdiendo los estribos por completo.
-No seas idiota... ¡es una casa volante!-le contesto otro.
La suposición de Dennis estaba más cerca de la realidad. Cuando la gigantesca forma negra pasó por encima de las copas de los árboles del bosque prohibido casi rozándolas, y la luz que provenía del castillo la iluminó, vieron que se trataba de un carruaje colosal, de color azul pálido y del tamaño de una casa grande, que volaba hacia ellos tirado por una docena de caballos alados de color tostado pero con la crin y la cola blancas, cada uno del tamaño de un elefante.
Las tres filas delanteras de alumnos se echaron para atrás cuando el carruaje descendió precipitadamente y aterrizó a tremenda velocidad. Entonces golpearon el suelo los cascos de los caballos, que eran más grandes que platos, metiendo tal ruido que Neville dio un salto y pisó a un alumno de Slytherin de quinto curso. Un segundo más tarde el carruaje se posó en tierra, rebotando sobre las enormes ruedas, mientras los caballos sacudían su enorme cabeza y movían unos grandes ojos rojos.
Antes de que la puerta del carruaje se abriera, Nevaeh vio que llevaba el escudo de su antiguo colegio.
Un muchacho vestido con túnica de color azul pálido saltó del carruaje al suelo, hizo una inclinación, buscó con las manos durante un momento algo en el suelo del carruaje y desplegó una escalerilla dorada. Respetuosamente, retrocedió un paso. Nevaeh enseguida reconoció a Madame Maxime.
Dumbledore comenzó a aplaudir y todos le siguieron.
Sonriendo graciosamente, ella avanzó hacia Dumbledore y extendió una mano reluciente. Aunque Dumbledore era alto, apenas tuvo que inclinarse para besársela.
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La hija de Sirius Black
FanfictionDisclaimer: Fanfiction basado en el cuarto libro de la saga Harry Potter, originalmente creados por la fantástica J. K. Rowling, la mayoría de los personajes pertenecen a ella, con la excepción de los que han sido creados por mi. TODOS LOS CRÉDITOS...