Sacado De Un Libro

Capitulo 1

Me levante de mala gana, como lo usual...

Desde que me había mudado a Los Ángeles con mi madre, ya que mis padres se habían separado hace algunos meses, recordaba aquellos días.

Todo era más fácil en Londres.

Vivía en La City, un lugar donde la mayor de la gente era joven e iban a las oficina a trabajar, por lo tanto estaba demasiado lleno durante la mañana, hora de comida, y la hora de salida.

Solo éramos los tres, vivíamos felizmente mi padre, madre y obviamente, yo. En parte me gustaba ser hija única, aunque aveces me hubiera gustado tener un hermano o hermana.

*Flashback*

–Buenos días– me saludaban mis padres desde la barra de la cocina.

Les contesté con un "Hola" con tono de entusiasmada, y un poco preocupada a la vez, ya que quedaban pocas semanas para que terminara la preparatoria.

Emma, mi mejor amiga desde que teníamos diez años, ingresaríamos a la Universidad de Oxford. Teníamos el plan desde que teníamos casi quince años; rentaríamos un departamento relativamente cerca del capis, el cual hoy en día, ya teníamos un trato; trabajaríamos en una cafeteria ubicada a un par de cuadras de la Universidad, y así tendríamos prácticamente todo planeado.

–¿Cómo están?– pregunté

–Bien, Ky— contestaron al mismo tiempo

Grace, una de las señoras que estaban en la casa para ayudarnos, colocó un plate de huevos estrellados, salchicha, tostada, y frijoles. Típico desayuno ingles.

Grace era un amor de persona, realmente todas las personas que se encontraban en la casa para ayudarnos, eran parte de la familia. Mis padres, a pesar de nuestro estatus, siempre me habían inculcado el respeto hacia ellas, cada una de estas personas.

–Adiós– grité a mis padres al momento que salía de la casa. Saqué las llaves del auto que estaban en la bolsa de mi mochila, lo abrí, conecté mi celular como solía hacerlo y arranqué hacia la casa de Emma. Esa era mi rutina del día a día.

Le marqué a su celular cuando estaba a una cuadra de su casa.

–Kylie, llevo esperando media hora aquí afuera, ¿Dónde jodidos estás?

–¿Te calmas? Estoy a una cuadra desesperada, aparte, ni tu te la crees que llevas media hora ahi afuera .

La vi a lo lejos, abril la puerta y la azoto detrás de ella.

–Oye cálmate– bromeé

Solo rió.

***

Compartíamos todas las clases juntas, normalmente éramos de las primeras en realizar las inscripciones para que pudiéramos meter las mismas materias en los mismos horarios y profesores; a fin de cuentas, éramos como hermanas y no podíamos vivir una sin la otra.

El día de hoy casi no teníamos horas, ya que habíamos terminado prácticamente con todas las materias, y por lo tanto ya no nos iban a dar clase.

Nos dirigimos hacia la cafeteria, nos sentamos en la misma mesa de siempre, ubicada en el centro de ella. Apartamos la mesa con nuestro morral y fuimos por el par de charolas de comida.

Todo estaba bien.

Hasta que volteé a ver a Emma, con ojos llorosos, mirando de un lado al otro, intentado que no lograra verla. En eso, fijo su mirada en un punto. Dirigí la mirada al mismo lugar que ella. Era él. Aquel chico con el cual le había roto el corazón a mi amiga hace un par de semanas.