Conversaciones

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Durante el segundo mes, Kagami se había unido al equipo de atletismo luego de pasar unas pruebas de resistencia física y velocidad. Las reuniones para practicar eran los martes y jueves después de clases.

Lo primero que hizo al llegar al gimnasio y ser recibido por los superiores, fue buscar con la mirada a la estrella del equipo.

—¿Necesitas algo, Kagami?— le preguntó Kiyoshi.

—No... Solo me preguntaba que tal era ese chico llamado Daiki Aomine, me han hablado mucho de él y me dijeron que estaba en este grupo.

—Oh, Aomine... Él es algo peculiar, pero es nuestro mejor corredor después de todo— señaló hacia un rincón del enorme lugar, en donde el muchacho mencionado se encontraba entretenido leyendo una revista.

El pelirrojo se extrañó al ver la escena. ¿La estrella del equipo de atletismo de Teiko perdía el tiempo mientras los demás practicaban seriamente?

—Lo sé, es muy desconsiderado de su parte actuar así, pero al menos se pone a practicar antes de las competencias— suspiró al recordar algo —Extraño la época en la que Nijimura y Kuroko podían hacerlo entrar en razón.

Kagami lo miró intrigado. No tenía la menor idea de quien era ese tal Nijimura y aunque conocía a Kuroko, no sabía qué tipo relación tuvo con Aomine en el pasado.

—Nijimura fue el anterior presidente estudiantil, pero tuvo que cambiarse de colegio al terminar segundo. Todos pensaban que el gran Akashi se postularía entonces, pero no lo hizo, así que yo acabé siendo elegido junto con Hyuuga y Kasamatsu. Pero como ya era el capitán del equipo de atletismo se hizo un poco complicado. Hay ocasiones en las que no puedo venir, pero siempre hago lo mejor que puedo. Oh, y a Kuroko si deberías de conocerlo, ya que es de tu año.

—Sí, estamos en el mismo salón y es mi compañero de sitio.

—Ya veo. Kuroko no destaca en nada en particular, pero desde que se hizo amigo de Aomine en primero y conoció al resto de los chicos llamados Generación de los milagros, siempre ha estado rodeado de ellos. Los demás alumnos se preguntan a qué se debe esto, pero yo creo que Kuroko debe de tener algo especial también.

Kagami también se había hecho esa pregunta al principio, pero ahora que había comenzado a conocer al chico de cabello celeste, al menos podía decir que era gracioso y agradable, aunque se la pasara haciéndole bromas estúpidas. Por otro lado también era muy misterioso. Cuando observaba a Kuroko detenidamente podía darse cuenta que escondía mucho detrás de su mirada. Pensamientos y sentimientos que no mostraría fácilmente frente a cualquiera. Y que por alguna razón, él quería poder llegar a verlos.

—Yo creo que todas las personas son buenas en algo sin importar que sea eso, así que estoy seguro que Kuroko también lo tiene.

—Yo igual lo creo— contestó con una pequeña sonrisa.

Luego de una pausa, Kiyoshi se acercó al moreno e intentó llamar su atención. Kagami terminó por seguirlo para ver que sucedía.

— ¡Aomine, ponte a trabajar, nos estás haciendo quedar mal!

—¿Ah?— habló sin quitar los ojos de la revista —Tengo flojera.

¿Solo eso? ¿Esa era su mejor respuesta? Kagami lo miraba extrañado por la actitud que mostraba.

—Ni si quiera te has parado a saludarlo, él es Taiga Kagami del cuarto C y es el nuevo miembro del equipo.

«¿Dónde escuché ese nombre...? Uhm, del salón de Tetsu...» recordó lo que le habían dicho durante el primer día de clases y en la actuación por el día de la mujer.

El camino hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora