Compensación

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Takao abrió los ojos como platos al ver el mensaje que acababa de recibir. ¿Por qué esa persona...?

«¿A caso no dijiste que habíamos terminado? Eh, Shin-chan...»

Dudó por varios segundos mientras tomaba valor para abrir el mensaje. Se preparó mentalmente para lo que sea y lo abrió. De todos modos, ya no podían destruirlo más de lo que ya estaba.

Y el texto decía:

"Discúlpame por molestarte, sé que dije que no lo haría de nuevo. Pero hay algo importante de lo que debo de hablar contigo, Takao. Por favor, no ignores esto y ven al parque que está junto al colegio. Te estaré esperando junto al gran árbol del centro".

El muchacho de cabellos negros se sorprendió incluso más al saber el contenido de este. ¿Por qué Shin-chan le había escrito tan repentinamente y que era eso tan importante de lo que quería hablar con él? ¿No lo habían dicho todo ya?

-¿Qué más quieres de mí, Shin-chan? ¿No ha sido ya suficiente? ¿Cuánto más piensas lastimarme?

Dejó el celular a un lado y se abrazó a sus propias piernas intentando calmarse. ¿Por qué un solo mensaje de esa persona lograba desarmarlo de ese modo? La respuesta la sabía muy bien.

-Es porque yo aún te amo, idiota... Aunque el más estúpido soy yo por querer creer todavía en ti.

Le tomó varios minutos levantarse de esa cama, pero lo hizo. Se levantó y tomó sus llaves para salir.

«Espero no arrepentirme de esto luego».

Suspiró y armándose de mucho valor se dirigió al lugar citado.

***

Midorima estaba parado bajo la sombra del árbol del centro del parque tal como había dicho y aunque estaba más nervioso de lo que jamás en su vida lo estuvo. Solo mantuvo la mirada en la nada mientras esperaba en absoluto silencio. Este sería el final. Sea cual fuera el resultado, esta debía de ser la última vez. Y por más injusto que sonara la decisión final recaería netamente en Takao.

«Soy tan egoísta».

A pesar de que hizo tanto para no serlo intentando pensar en el bienestar de la otra persona. Al final no pudo seguir con ello, sus sentimientos fueron más fuertes y eligió actuar de este reprochabla forma.

«Perdóname por todo, Takao».

En ese momento alguien se acercó despacio y formó una silueta bastante conocida para él al frente. Recién entonces el muchacho de cabellos verdes alzó el rostro solo para poder mirarlo.

-Takao... -susurró sin querer.

El pelinegro lo miró confundido. ¿Por qué esa persona se veía tan vulnerable justo ahora? ¿Y por qué sus ojos parecían tener rastros de lágrimas al igual que los suyos? Tan lamentable. ¿Por qué? Pero por sobretodo...

-¿Para qué me llamaste? -cuestionó sin querer perder más tiempo.

Porque no sabía cuanto tiempo podría seguir aparentando estar bien e incluso mostrarse serio. Por eso tenía que acabar con esto lo más rápido posible, y seguir adelante como ya lo había decidido.

Pero Midorima demoró en contestar, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para hablar y armándose de valor para decir lo siguiente. El silencio se hizo incómodo y desesperante, especialmente para Takao. Quien no sabía por cuanto tiempo más iba a poder soportar esto.

-¿Vas a hablar o no? ¿O es que me has traído hasta aquí solo para que te mire, Shintarou?

El muchacho de lentes se sorprendió al ser llamado por su nombre en lugar del clásico "Shin-chan", al que estaba acostumbrado. Ya que por más veces que se haya quejado por ello en el pasado, ahora mismo anhelaba ser llamado de esa ridícula forma. Porque algo tan simple como un apodo demostraba el nivel de cercanía que existía entre ellos. En cambio ahora...

El camino hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora