Las clases habían comenzado con normalidad. Los nuevos se acoplaban al ritmo de la escuela, así como iban conociendo los pasillos y la gente del lugar.
El cuarto año C tenía clases de deportes por la mañana del viernes. El momento de ver que tan bueno era el chico nuevo parecía haber llegado.
—Diez vueltas para calentar.
—¿Ehhh? Pero...
—Sin peros, los que no sean capaces de terminar habrán perdido su orgullo y la oportunidad de entrar a alguno de los equipos del colegio.
—Abusivo... Solo porque quiere alardear frente al nuevo.
—¡Dejen de murmurar y empiecen!
Kuroko suspiró, no era como si estuviera interesado en unirse a algún equipo ni tampoco tenía orgullo deportivo. Él solo era un estudiante común y corriente, como ya lo había dicho el otro día. Pero para mantenerse en ese lugar, no tenía opción más que comenzar a correr junto a sus compañeros.
Kise como el personaje que era en esa escuela se la pasó guiñándoles el ojo a las chicas que lo miraban.
—Kyaaaa. ¡Kise es tan genial!
—Hay Kise para todas, linduras~
—¡Concéntrense en correr! —los mandó a callar el profesor a cargo.
Kagami miró hacia atrás en busca de sus conocidos compañeros y vio como Kuroko se iba quedando atrás, cuando apenas iban en la tercera vuelta. ¿Era tan débil? Giró la vista y pudo ver a ese tal Kise rodeado de muchachas y sonriendo como idiota. ¿Es que nadie se tomaba en serio la clase de deporte? Para la sexta vuelta a ese enorme patio, el pelirrojo ya había logrado tomar la delantera. Pero por curiosidad se le dio por voltear de nuevo y vio a ese pequeño chico tirado en el suelo mientras los demás simplemente pasaban por el lado de este como si no vieran nada. ¿Es que a nadie le importaba lo que pudiera pasarle? Se detuvo sin pensarlo y para sorpresa de todos corrió en dirección opuesta en la que iban. Varios lo miraron sin entender y preguntándose qué hacía. Hasta que lo vieron llegar donde el supuesto moribundo.
—¡Hey, ¿estás bien?!— le dio la vuelta para ver si estaba consciente.
—¿Kagami-kun...?— entreabrió los ojos para mirarlo —Por favor, solo déjame atrás y continua sin mí...
—¡¿Ah, es que acaso te estás muriendo?!
—Me alegra haberte conocido...— sus ojos se cerraron.
—¡Oye!
Sin pensarlo, Kagami lo tomó de los hombros, pero antes de que volviera a hablar se escuchó la sonora risa de Kise.
—Ja, ja, ja, ja, ja, ja. Kagami es tan gracioso siguiéndole el juego a Kurokocchi siempre.
—¿Ah?
¿Acaso se estaban burlando de él? Dejó de mirar al rubio para regresar la vista al otro, pero al hacerlo se chocó de lleno con esos enormes espejos celestes que lo observaban con seriedad.
—¿Kagami-kun es una especie de súper héroe? Digo, solo te faltó cargarme o intentar darme respiración de salvamento— lo molestó.
—¡Tsk, cállate!— lo soltó y se apartó fastidiado —. ¡No volveré a preocuparme por ti!— le gritó ligeramente ruborizado.
Kuroko lo miró sin decir nada y aunque no lo demostrara, por dentro le divertía tomarle el pelo al chico nuevo. Era gracioso ver sus reacciones y la facilidad con la que parecía poder sonrojarse, realmente era fácil de molestar.
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El camino hacia ti
RomanceUn nuevo año escolar en la escuela de Teiko inicia y con ello la historia de nuestros protagonistas también. La llegada de un alumno nuevo de Estados Unidos moverá un poco el ritmo normal de las clases, y pondrá al descubierto los dramas y enredos e...