Running Circles → Klaus Mikaelson.

Eleven.

||Chapter Eleven: My Truth||

(Narra Lucy)

La mano de Klaus sostenía la mía dándome fuerzas. Esperaba que siguiera allí, formando círculos con su pulgar sobre ella, cuando acabara de contarle todo. Aunque no creo que se enoje. No había razón.

-Puedes empezar cuando quieras -Bromeó mi novio. Ni siquiera pude tirar de mis labios para arriba con tal de complacerlo-

Ok, esto era serio para mí. Aunque me parecía genial que él quisiera tranquilizarme, llevábamos un largo rato sentados en aquel viejo muelle de cemento.

Respiré profundo como cinco veces antes de comenzar:

-Ya sabes que nací en Suecia... Estocolmo -Empecé, recordando como algunas veces se burlaba de mi acento, aunque una vez había admitido que le cantaba. Ok, estoy yéndome de tema. Él asintió suavemente- Alexander, mi abuelo paterno era... ¿un entusiasta de lo sobrenatural? -Ladeé la cabeza sin saber cómo describirlo. Klaus apretó mi mano haciéndome saber que lo comprendía- Mi abuela murió antes de que yo naciera y para entonces ya habían metido a mi padre en todo eso. Ser descendiente de los Salvatore fue sólo un impulso. Mi padre también se había entusiasmado -Reímos- E investigando, encontró a mi madre -Las lágrimas empezaron a picar en mis ojos. Recordarlos me dolía demasiado. Klaus me acercó a él en un abrazo, besando mi frente- Ella resultó no tener idea de que era descendiente de las Petrova. No tenía ni idea de lo sobrenatural, pero cuando mi padre le contó, ambos se entusiasmaron aún más con el tema -Moví mi mano a la cicatriz en mi hombro. Ser una mujer lobo aún no tenía respuestas- Claro que jamás se esperaron tener a una Doppelgänger como hija -Suspiré, eso había sido difícil de superar- Sabían que vendrían por mí en cualquier momento... Bueno, vendrías -Admití y él sonrió algo arrepentido. Yo podría haber terminado peor que Elena y él lo sabía- Mi abuelo era un hombre solitario, pero era una buena persona. Me enseñó todo sobre mí y lo sobrenatural que nos rodeaba. Me enseñó a pelear y defenderme -Las lágrimas no tardaron en caer- Él murió cuando yo tenía dieciséis -Me hice una bolita aferrándome a sus brazos, llorando desconsolada, incapaz de seguir por el momento. Él me acurrucó a su lado-

Recordar Estocolmo, a mis padres, a mi abuelo, a Tom, a mis amigos. Todo... era demasiado. ¿Cómo podía haber perdido tanto y seguir viva?

Recordé los días en que no me hubiese importado morir con pesar.

Ahora tenía a Klaus, a mi prima, a mis cuñados, a Davina y a mi bebé conmigo, pero también tenía el miedo de que todo eso se volviese otro triste recuerdo.

-Mis padres y él peleaban todo el tiempo, porqué en un principio no querían meterme en todo lo sobrenatural -Expliqué, volviendo a respirar con más facilidad- Cuando él murió ellos decidieron que mi abuelo tenía razón -Me encogí de hombros y miré a Klaus- Supongo que fue por respeto a él -Asintió, sobando mi brazo-

La parte más difícil se acercaba. Todo había cambiado cuando Aaron y Luna aparecieron en mi vida, reclamándome como su llave a la libertad. Mis padres no se lo dejaron fácil, entonces ellos me quitaron lo que en se momento era mí felicidad. Me quitaron a Tom.

Klaus me ayudó a levantarme y yo lo miré cuestionándolo. Él sonrió en respuesta y me tomó de la mano.

-Caminemos un poco -Dijo- No tienes que contarme todo de una sola vez -Asentí y sin poder contenerme, me enterré en sus brazos, creyendo que fácilmente podía morir en paz allí. Él me acaricio la espalda, trazando círculos invisibles en ella con sus dedos. Las lágrimas no parecían querer dejar de caer, pero al menos ya no temblaba ante el recuerdo de lo que fue mi vida. Estaba siendo protegida y el alivio que me proporcionaban sus brazos hacían el dolor soportable - Sé que duele, Lucia -Susurró en mi oído. Me hizo sentir que estábamos conectados. Destinados-