Running Circles → Klaus Mikaelson.

Eight.

||Chapter Eight: We'll Be Waiting||

(Narrador)

Davina y Kol, ambos expertos en brujería, lo habían confirmado, Lucy había recibido una maldición que bloqueaba que su lado licántropo (el poder transformarse), saliera a la luz.

Pero, ¿quién la había maldecido? Esa pregunta la hizo estremecerse, la única forma en la que podría llegar a ser respondida, era preguntándosela a sus padres, quienes no sabían que ella existía por su propia causa.

Y al recordar lo que hizo y por qué lo hizo la hizo sentir la persona más egoísta del mundo y ahora lloraba mucho más. Muchísimo más.

***

-Jess, cuando dije que no iba a comer eso... –Dijo señalando el plato con el intento de Espagueti sobre él. Cortesía de Jess- ...Era en serio –Remarcó. La pelinegra se sintió un poco ofendida-

-¿Por qué no? Luce simplemente exquisito –Le dijo, sabiendo que no era verdad-

-Nop. Luce simplemente asqueroso –Dijo haciendo una mueca de asco y alejando el plato de ella-

-Eres cruel –Refunfuñó su amiga y Lucy le sonrió sínicamente-

-Cruel es bueno –Le dijo en broma, pues, la noche anterior había visto Maze Runner-

-Cierto –Le respondió con una sonrisa de loca y ambas rieron- De todas formas vas a comerte el Espagueti –Agregó y Lucy suspiró. No había forma de ganarle a Jess en una discusión sobre comida, menos si era suya-

-Ok –Dijo en un suspiro-

-Luego iremos al hospital por los resultados de tus análisis –Jess sonaba como su madre. Sonrió amargamente al recordarla. Eso había dolido- ¿Sabes?, un día tendrás que decirme que es lo que te ocurre –Le comentó mientras empezaban a comer. Lucy había estado jugando con la comida y la miró confundida, alzando una ceja- Estas muy deprimida. No creas que no lo note –Le respondió y sí, pensó, Jess se estaba convirtiendo en su madre-

***

Tres horas después ambas estaban sentadas en la recepción del hospital, esperando a la enfermera o alguien a que trajera los resultados de los análisis de la doppelgänger.

-¡Dios! Hace mucho calor aquí –Gritó la castaña, quejándose-

-No, no hace –La contradijo Jess, sobándose los brazos por el frío que sentía- Estás loca –Le dijo sólo para molestarla. Lucy le mostró la lengua, ofendida y ambas rieron-