Twelve.

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*Gracias por esperar*

||Chapter Twelve: Getting Back To The Starting Point||

(Narra Lucy)

Decir que estaba asustada era poco. Lo que me esperaba en Estocolmo era paranoicamente incierto y no sentía que fuera algo bueno.

-No sé si quiero ir -La voz me tembló, pero ya estábamos en el aeropuerto y no quería ser la miedosa que no sabe qué mierda hacer mientras íbamos caminando apresuradamente hasta la sala de espera-

-Mira, corazón, podemos ir a la camioneta y volver a casa, o podemos ir a Suecia y descubrir qué es lo que está pasando -Klaus suspiró, de pronto sentí todo el peso del asunto sobre mis hombros-

-Espera, siento que no me estás escuchando -Lo tomé del brazo, dejamos de caminar. Lo miré fijamente, sin saber que decir, unos ojos azules acero con destellos verdes de fondo me devolvieron una mirada helada-

Mi novio hoy no estaba de humor, se había peleado con Elijah más temprano ya que el castaño no quería que vayamos porque para él significaba peligro, pero Nik necesitaba saber, así que...

-No me mires así -Bajé la mirada- Está bien, sólo quiero que sepas que tengo un mal presentimiento sobre todo esto -Volvió a suspirar y de pronto me llevó a sus brazos y besó mi frente-

-Sabes que siempre te escucho, pero también sabes que algo malo está pasando y tenemos que averiguar qué es -Asentí, ya habíamos tenido esta conversación mil veces, pero aun así. Creo que ésta es una de las únicas situaciones en mi vida en la que quisiera dejar todo y huir sin resolverlo-

Algo muy malo está pasando.

***

Cuando bajé del avión sentí ganas de llorar. El aire era tan extraño y familiar. De pronto todo se había vuelto demasiado para sobrellevar y se me escaparon unas cuantas lágrimas. Extrañaba tanto Estocolmo, habían pasado muchos años ya.

Klaus me tomó de la mano todo el camino a la "casa" (aka mansión ultra extra y exageradamente grande) que se había hecho cargo de comprar aquí al contarle que de hecho odiaba los hoteles porque me hacían acordar a todas las veces que hui con mis padres de ellos o a ellos.

También la puso a mi nombre, ya que al ser licántropo, los vampiros que tal vez habían aquí, no entrarían sin permiso a la casa, porque Niklaus Mikaelson nunca deja un cabo suelto, ¿saben?

En el camino me sentí completamente observada; miraba entre las personas, y sí, algunas lo hacían y yo también lo haría si viera una loca llorando agarrada de la mano de un rubio lindo, pero no era ninguna de ellas la que me miraba de <<ésa>> forma, ya que todas venían con alguien charlando, y el sentimiento no paró hasta que llegamos.

Odiaba sentirme insegura en el lugar que era mi casa.

-Te tengo una sorpresa -Klaus me sonrió cálidamente y me sentó en la cama (gracias a Dios porque casi me desmayo de tan sólo ver sus hoyuelos), arrodillándose frente a mí- Está bien... ¿Cómo digo esto? -Miró hacia nuestras manos ahora entrelazadas- No espero que te enojes, no creo que lo hagas, de hecho... Van a venir dos personas, ¿sí? -Asentí y reí un poco- Sólo no te desmayes y espera aquí -Lo miré curiosa pero volví a asentir-

Klaus salió rápidamente de la habitación y cerró la puerta detrás de él. Esperé y de pronto, mientras la puerta se habría, recordé que mañana, es unas cuantas horas, iba a ser mi cumpleaños y que tal vez por eso Klaus me tenía preparada una sorpresa, pero realmente no lo sabía.

Running Circles → Klaus Mikaelson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora