Nine.

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||Chapter Nine: Begin Again||

(Narra Lucy)

Jess se estaba yendo y me puso triste. Ella siempre será mi mejor amiga y la amo por eso. Pero su novio le rogó que se mudara con ella y ni yo me negaría a Patrick si me mirara con esos ojos verdes que tiene, clamando por amor. Rebekah también me "rogó" quedarme en la mansión, entonces con Jessica decidimos dejar el apartamento que alguna vez fue nuestro hogar, junto con nuestro hermoso jacuzzi y mi perrito Bernard. Obviamente mantendríamos contacto y nos veríamos todos los días porque trabajábamos juntas en Jeff's. Asique de verdad no fue tan malo, sólo que de verdad disfrutaba estar todo el día con ella. Siempre me entendía y me hacia reír. Pero repito, nadie puede negarse a Patrick y sus ojos verdes.

Mi barriga de diecisiete semanas se notaba y Klaus aún no aparecía. Rebekah y Marcel decían que sólo era cuestión de tiempo, que cuando Nik ya no soportara la soledad volvería. En realidad, todos pensaban eso y Kol dijo que seguro yo ya estaba acostumbrada a la exageración de su medio hermano. En cuanto a Elijah, él estaba tratando de encontrarlo y me juró que iba a cuidar de mí y mi bebé y que se aseguraría de que no nos faltara nada. Hayley y Davina ya me habían comprado un montón de ropa y regalos para el bebé, aunque Rebekah las superaba en kilos de ropa y todo tipo de juguetes, en mucho.

Me daba algo de miedo el hecho de tener un hijo, pero también era algo hermoso, y más cuando pensaba en Klaus y en mi cabeza imaginaba una familia. Aunque a veces la idea de que él no volviera nunca, me acechaba. Pero trataba de no pensar en ello y se me olvidaba cuando todos me aseguraban que él volvería tarde o temprano. (Aunque la última opción se nos hacía más atractiva a todos).


***


(Narrador)

El olor a cigarrillo penetró las fosas nasales de la pequeña doppelgänger y sintió nauseas. La mayoría de los clientes que atendía en Jeff's no eran exactamente muy higiénicos. Se sorprendió a ella misma cuando pudo atender al recurrente borracho, llamado a Sam, sin vomitar en el intento.

Llegó al mostrador y colgó en la ventana de la cocina la siguiente orden. Kyle, detrás de esta, la miró sonriendo, mostrando sus perfectos dientes blancos y dándole una mirada que decía "Lo sé, a mí también me dan nauseas".

-¿Estas bien? –Le preguntó el muchacho de cabellera rubia con cierta preocupación. Él la adoraba, en cierto modo la sentía como una hermana menor a la que debía proteger. La loba sonrió-

-No justo ahora. Pero no te preocupes, lo estaré cuando él se vaya por donde vino –Replicó de forma sarcástica y Kyle rio- Vamos, haz su estúpido almuerzo así se irá de una vez por todas –Pidió como un por favor y él asintió aún con su sonrisa-

Lucy quiso llorar cuando vio entrar a otro típico hombre borracho, recién abandonado por su esposa que sólo quería almorzar una hamburguesa, tomar una cerveza y olvidar que sus hijos lo aborrecían por ser como era, un estúpido y desempleado alcohólico.

-Oh, no –Murmuró para ella misma- Hoy definitivamente no es mi día –Agregó y se decidió a caminar donde él, pero Jess la detuvo tomándola del brazo-

-Vi tu cara de asco desde la otra esquina –Susurró sólo para ellas y sonrió- Déjamelo a mí –Lucy sonrió y Jess le guiñó un ojo para luego ir a atender al tipo-

Running Circles → Klaus Mikaelson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora