Almas Separadas (Link Fanfiction)

Capítulo 14: Una Aventura Traida por el Viento

*Aún no pongan la canción*

Narra Lana:

Al cruzar el portal de Termina, en vez de volver a Hyrule, termino en medio del océano, y lo peor de todo, en medio de una tormenta. Empiezo a nadar con algo de desesperación, pero el movimiento de las olas es demasiado fuerte y terminan arrastrándome sin rumbo alguno. Durante mi trayectoria sin poder escapar de la tormenta, choco contra unas rocas y pierdo el conocimiento, lo último que escucho es una melodía en el viento...

*Aquí pongan la canción (8*

Narrador anónimo:

Los rayos del sol pegan suavemente en mi cara y abro mis ojos poco a poco para acoplar mi vista a la luz del lugar. Al abrirlos completamente, me asomo por la ventana a lado mío para ver el océano, al parecer hay una tormenta a la lejanía.

Me levanto de la cama con mucho ánimo y bajo las escaleras hasta llegar a la cocina de la cabaña, en donde mi abuela se encuentra cocinando el desayuno. La saludo con un beso en la mejilla y me dirijo a la entrada de la pequeña cabaña.

—¿A dónde vas tan temprano? -me pregunta curiosa-

—Iré al mirador -respondo con una sonrisa-

—Ten cuidado, y no tardes, que ya casi está el desayuno -me avisa cuando voy saliendo de la cabaña-

—Claro abuela -respondo y cierro la puerta detrás de mí-

Mientras camino directo al mirador de la isla, saludo a unos cuantos habitantes, todos me saludan con una gran alegría. Respiro hondamente, me encanta el olor del océano, y las olas tienen un sonido muy tranquilizante.

Al llegar a la base del mirador, subo las escaleras para poder estar en la cima y observar el océano con un mejor ángulo. Al estar arriba, observo todo, siempre me encanta observar el océano en las mañanas. Como si fuera necesario que mirara hacia ese punto, automáticamente mi cabeza gira hacia mi derecha y miro hacia abajo.

Abajo, en un pedazo escondido de arena para quienes no suben al mirador, veo el cuerpo de una persona boca abajo siendo arrastrado hacia la orilla. Parece estar inconsciente, y tiene una mancha de sangre en la espalda.

Rápidamente, bajo del mirador y corro hacia la persona inconsciente, empiezo a arrastrarla hasta llevarla lejos de la orilla del mar. Debido a que no soy muy fuerte, me cuesta arrastrarla por la isla, de modo que pido ayuda.

—¡Auxilio! ¡Aquí hay un herido! -grito fuertemente-

De repente, varios habitantes de la isla corren hacia mí y me ayudan a cargar a la persona. Le dan media vuelta y veo que se trata de una chica. Les pido que me ayuden a llevarla a mi casa, y al llegar con ella inconsciente, mi abuela se asusta.

—¡Por las diosas! ¿Pero qué ha pasado? -me pregunta asustada y camina hacia la chica inconsciente-

—La encontré inconsciente en la orilla, cerca del mirador -respondo- al parecer está herida de la espalda

—Oh, diosas -mi abuela examina la espalda de la chica- la herida no es muy profunda, vamos, ayúdame a llevarla a tu habitación -me pide-

Llevamos a la chica hasta mi habitación y al hacerlo, la dejamos recostada en mi cama boca abajo. Mi abuela empieza a sanarle la herida y tiempo después le pone unas vendas alrededor de todo el torso, pecho y cintura para después volver a colocarla boca arriba con mi ayuda.

—¿Bajarás a desayunar? -me pregunta-

—No, me quedaré aquí a cuidarla hasta que despierte -respondo con una pequeña sonrisa-