Capitulo 13

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A la mañana siguiente, Sebastian no sabía nada del paradero del pelirrojo. A decir verdad no le preocupaba demasiado, ya que probablemente estaría en el mundo Shinigami y existen pocos lugares con más seguridad en cuanto a demonios se tratase.

Se encontraba terminando de sacudir el polvo que aun se hallaba en los pasillos del lugar cuando sintió una presencia detrás de sí y por inercia se giro inmediatamente tomando al intruso por detrás y poniendo varios cuchillos a la altura de su garganta, pero lo soltó al darse cuenta de quien se trataba...

*Algunas horas antes*

El shinigami había caminado ya durante un largo rato, pensando una y otra vez sobre lo que había sucedido. Desde un principio supo que lo que hacía era peligroso, no solo por que se tratase de un demonio, sino también porque temía que la situación se volviera algo que no pudiera controlar...

Grell no sabía qué hacer, y es que, a pesar de que no le incomodaba el hecho de estar con Sebastian tampoco creía que fuera lo correcto. Muchas veces llego a pensar en la posibilidad de tener una relación con él, pero siempre encontraba una excusa para desistir de la idea casi de inmediato, debido a esto, el día que se entero de que Sebastian estaba en peligro no dudo ni un momento en acudir su ayuda y de paso recibir una recompensa, porque si bien es cierto que negaba cualquier posibilidad de tener "algo cerio", no podía negar que este le atraía de una manera sorprendente y se aprovecho de la situación para cumplir con sus deseos, creyendo que después de eso no volvería a pensar en él de ninguna forma y se liberaría por fin de todo... lástima que no midió bien las consecuencia de sus actos y termino así; justo como no quería terminar... cayo exactamente en lo que él mas temía.

Aunque no todo era lo que parecía; y es que a pesar de que decía temer a que el mayor pensara cosas erróneas en realidad temía enamorarse y terminar herido, pues esto ya le había ocurrido en incontables ocasiones, por lo que se prometió a si mismo que no volvería a caer en la misma trampa... que no volvería a sufrir por nadie... que jamás le volvería a dar a alguien su amor..

Ya llevaba demasiado tiempo caminando sin rumbo y comenzaba a hacer demasiado frio, además de que ya estaba bastante cansado y justo cuando creía que no podía ser peor, entre los arboles logro ver lo parecía ser un precipicio, se acerco lentamente y mientras más se acercaba notaba como el lugar tenía un brillo especial... se sorprendió cuando al llegar por fin al lugar noto que estaba rodeado de diferentes tipo de piedras y cristales, era un lugar verdaderamente hermoso y no perdió la oportunidad de sentarse en una de ellas y contemplar por primera vez en mucho tiempo el firmamento.

De inmediato sintió como una brisa suave brisa choco contra su rostro y decidió quedarse en esa posición, y justo en el momento en que se sentía más en paz una frase llego a su mente: "Si tan solo Sebastian estuviera aquí." Al notar eso abrió los ojos de golpe y bajo la mirada hasta el suelo. ¿Porque había pensado en él? ¿Porque quería que estuviera en ese lugar?... Y en ese momento se dio cuenta; ¿Y porque no querría? ¿Por qué no tener a Sebastian junto a él? ¿Cómo podía rechazar el hecho de ser amado?, y peor aun ¿¡Como podía rechazar alguien que en verdad lo quería!?... una pequeña chispa se encendió en su corazón y se dio cuenta del error tan grande que había cometido. Como podía ser capaz de hacer algo como eso? De negar su cariño a alguien que demostraba con cada gesto que era más que digno de el? Como podía entregar algo que no le desearía a nadie, y es que él mismo había sido desairado tantas veces que comprendía a la perfección lo que debía estar pasando el mayordomo en esos momentos, y a decir verdad algo en muy en el fondo le pedía a gritos que dejara atrás todos sus miedos y que regresara con el pelinegro, que le pidiera perdón y que intentara una vez mas ser feliz junto alguien.

Un brillo que hace mucho tiempo no se alojaba en su mirada se logro visualizar cuando, ya decidido emprendió el camino hacia donde se encontraba Sebastian.

Cuando ya se encontraba frente a la casa camino lentamente hasta la puerta y un poco nervioso giro la perilla de esta, esperando ser lo suficientemente sigiloso como para no alertar al demonio, pues aun no tenía claro que es lo que debería hacer una vez que lo tuviera frente a él, cosa que al parecer no resulto, ya que nada más entrar sintió como alguien lo tomaba desde atrás al mismo tiempo que acercaba algunos chuchillos peligrosamente a su garganta.

Tardo unos cuanto segundos en asimilar de quien se trataba, y una vez que lo hizo se dio media vuelta, bastante decidido, quedando frente a frente con Sebastian quien lo miraba bastante confundido... Tenía mucho que explicar, pero más que palabras solo una acción paso por su cabeza...

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Hola gentecilla kawaii que lee esto! Solo pasaba a dejar el capitulo y un pequeño mensaje: "No, No estoy muerta"

Gracias por leer y no demandarme por el sida visual

Hasta la próxima! <3

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Ese Mayordomo, ¿Se Enamora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora