Capitulo 16

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-"Un desayuno directo a la cama; sin duda la mejor forma de despertar"- Fue el primer pensamiento de Sebastian al levantarse y darse cuenta de que ahí junto a él, seguía su pequeño pelirrojo, aun acurrucado con su cabeza ligeramente recargada en su pecho y una casi imperceptible (aunque igualmente hermosa) sonrisa en su rostro. Se quedo algunos minutos dedicándose únicamente a darle pequeños mimos y caricias al ser que le producía la más grande felicidad que en algún momento hubiera sentido y luego de un rato decidió llevar a cabo su pequeño plan matutino, por lo que se dirigió con sumo cuidado de no despertar al menor (quien seguía plácidamente dormido) con rumbo a la cocina y una vez dentro, con una perfección y maestría de la cual solo podría ser digno un mayordomo, comenzó a mezclar ingredientes. Un rato después tenía un perfecto y delicioso desayuno japonés en sus manos, y deseando que el platillo fuera del gusto de su amado, se dirigió nuevamente a la habitación, encontrándose con el perfecto cuerpo desnudo de Grell aun dormido sobre la cama...

- Grell... despierta Grell – comenzó a remover con sutil gentileza el cuerpo del menor, el cual poco a poco fue despertando

- Sebastian...

- Te traje el desayuno... - le dijo suavemente, dejando la bandeja plateada en sus piernas, y ahogando una pequeña risa al ver como el pelirrojo aun parecía estar dormido, pues en verdad sus movimientos y acciones no eran de alguien en sus cinco sentidos – "Que tierno es" – es en lo único que podía pensar al ver al shinigami de esa forma, tan somnoliento, tan frágil... casi ni podía creer que ese ser fuera el mismo que en su momento logro hacerle frente, y que incluso, estuvo a punto de asesinarlo, cortando dolorosamente su brazo en el proceso. Se mantuvo en silencio un rato, solo dedicándose a observar los suaves movimientos de Grell. Se dio cuenta de que ahora tenía una nueva afición; observar al shinigami por las mañanas. Era lo más perfecto que había presenciado en toda su vida, así que definitivamente quería repetirlo, más veces, tantas como pudiera, tantas como le fuese posible... - "Tal vez toda la vida" – fue un pensamiento que llego a su cabeza... Si, tal vez era cierto; tal vez si quería que se repitiese durante toda la vida.

(...)

Pasaron unos minutos hasta que finalmente el menor termino su desayuno. Para ese momento ya estaba más que despierto y se daba cuenta perfectamente de que ahora debía dar una explicación razonable para su comportamiento del día anterior, aunque verdaderamente no tenía ni idea de lo que debería decir, así que solo estaba callado, sentado en aquella cama y con la vista fija en la figura del mayordomo que sonreía suavemente frente a él. Como si sus pensamientos fuesen escuchados, la voz de Sebastian resonó en el lugar;

- No debes explicarme nada si no quieres, no me gustaría ser rechazado nuevamente, y aunque tengo curiosidad, prefiero esperar el tiempo que sea necesario... después de todo... tenemos una eternidad para ello. – Una suave sonrisa se pinto en los labios del carmín y no pudo evitar querer golpearse ahí mismo... ¿De verdad él mismo había sido capaz de herir al hombre que tenía en frente suyo? ¿Cómo había podido rechazar de tal manera al perfecto mayordomo que lo veía de esa forma tan especial? Ahora lo entendía más que nunca; Sebastian lo esperaría, el tiempo que fuese necesario. Inclusive si se tardaba toda una eternidad, incluso si esperaba hasta el día del juicio final, o hasta que su cuerpo dejara finalmente de moverse, Sebastian estaría ahí, justo ahí, con esa sonrisa, esperando como si de ello dependiese su existencia.

- Idiota... - fue la única palabra que logro escaparse de los labios del pelirrojo luego de un corto silencio. No iba dirigida hacia Sebastian (quien también se la merecía por ser tan jodidamente perfecto) no, esa palabra iba dirigida para sí mismo. No estaba seguro de si los demonios en algún momento podían llegar a sentir lo que la gente define como amor, no estaba ni siquiera seguro de si él mismo podía sentirlo, pero de todas formas sabía que ninguna explicación lógica podría intervenir en ese momento, simplemente no había forma de que sus sentimientos fueran comprendidos o analizados, pero eso estaba bien, porque eso le hacía saber que eran reales... que lo que fuera que sintiesen, estaba ahí, y desde ahora el mismo se encargaría de que así siguiesen – Debo y quiero darte una explicación... es solo que no sé como comenzar... - le dijo con una sonrisa, la cual se ensancho más al darse cuenta del brillo que apareció en los ojos de Sebastian en el momento en que lo dijo.

- Solo suéltalo... - le respondió el demonio mientras se acercaba un poco más a la cama, como pidiendo permiso para sentarse en esta. Grell se hizo a un lado, lo suficiente para que su amante se acomodara y haciendo un leve ademan con la mano lo invito a sentarse.

- Bueno... quizás esto sea largo... - comento el pelirrojo una vez que el mayordomo tomo lugar junto a él

- Te lo he dicho ¿no?... tengo toda una eternidad para escucharte... 




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Cuando me encuentro con cosas como estas, mi nivel de fe en la humanidad aumenta en un 1% <3

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2016 ⏰

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