¿Me he enamorado?

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-Buenos días, princesa.
Tenía los ojos entreabiertos y oí la voz de Eyden despertándome, sus princesa me alegraban el día, me encantaba que me llamase así.
Odio que me llamen Cari, Churry... Es de chonis o al menos eso me parece.

-Buenos días, príncipe de fuego.
Es verdad, no había caído en la cuenta de que Eyden es un príncipe del inframundo y yo como su mujer tendría que ser su princesa.

-Hoy vienen mis padres a comer. Bueno, mejor dicho, tendremos que salir del mundo de los humanos e ir al inframundo, es Sábado y suelo comer con ellos, además, quieren conocer a mi princesa.-Me informó Eyden.

-Yo voy si te hace ilusión, solo te pido que volvamos pronto porque tengo que estudiar ya que el Martes tengo examen de Historia.

-Vale tranquila, arreglate-Me tocó el hombro y noté un ardor.
-Ah, gemí de dolor. Me escocía en ese lado, notaba como si me ardiera.

-¿Qué te pasa? Deja me ver.-Dijo Eyden firmemente. Me destapé el lado del hombro. En mi espalda, en la zona del omoplato había una especie de marca y unas letras raras.

-Mierda... No puede ser, no joder...-Susurraba Eyden.
-¿Qué pasa?¿Es malo?

-Sí, lo es. Un demonio te ha marcado, por eso tienes esas pesadillas. Alguien, en la universidad se está haciendo pasar por humano, para acercarse a ti y chupar tu energía. Se llaman "Ewva"
Son demonios de tierra que se hacen pasar por humanos y cuando te tocan te chupan la energía y, a veces, hace que tengas pesadillas para que no descanses y la energía que utilizas al sollozar pase a ellos, esa es su forma de alimentarse.

Por eso mismo, cuando estaba a tu lado, no tenías pesadillas, porque al ser el príncipe de fuego, te protejo de esa marca, de que te duele, te protejo de todo.-

Puso su mano en mi hombro, en esa zona de la marca y noté un ardor, pero la otra mano de Eyden me agarraba fuerte y con seguridad. Sentía su aliento y su respiración acelerada en mi cuello, sentía que estaba a mi lado y que no me pasaría nada solo si estaba junto a él.

-Eyden... Gemí- Y me deje caer en sus brazos.
Desperté en sus brazos, él estaba mirándome con sus ojos, esos ojos con esa mirada tan tierna, que hacían que me derritiera por dentro. Puse mi mano en su mejilla rosada, él estaba acariciándome el pelo mientras que yo abría cada ve más los ojos.

Me levanté frotándome los ojos.

-¿Por qué me he dormido?-Pregunté indignada.

-Tú energía, se renovó-Me respondió.

...

Me vestí y nos fuimos al inframundo, conocí a sus padres, el señor y la señora Baker.

-Oh querida, mucho gusto, soy Laurence Baker, la madre de Eyden, soy la reina de fuego, mucho gusto.-Se presentó.
-El placer es mío, señora. Me llamo Lena, Lena Sharman. Estudio Psicología en la universidad de Cambridge.

-¿Tú eres la que le ha robado el corazón a mi hijo?, no para de hablar de ti y eso que los demonios no sentimos, no solemos ser capaces de amar, nuestro corazón es de hielo, por eso no sentimos nada, ni tan si quiera el dolor.-

-¿Usted es también un demonio?-Pregunté intrigada.-

-Oh! Cielo, claro que no. Yo era una humana como tú, pero empecé a envejecer y no quería porque al fin y al cabo terminaría Muriéndome, obligué a mi marido, el rey del fuego a que me convirtiera en demonio, así ahora como me ves puedo adoptar cualquier edad de mi vida. A que aparento 40? No es nada comparado con los que tengo! Estaba predestinada a estar con Charles desde hace 98.687 años!!! Y llevamos 97.579 juntos, los mejores de mi vida!

-Osea que... No lo entiendo, a ver. ¿Me está diciendo que Eyden me tendrá que convertir? Duele?-

-Oh querida. Duele al principio, luego es placer.

-¿Co-cómo?

-No es un coito cualquiera es diferente, porque él te tiene que morder, te tiene que morder un demonio imperial, de pura sangre, Eyden, el príncipe de fuego.

Era raro, osea que al fin y al cabo... ¿Terminaria siendo un demonio?

Terminamos de comer, nos fuimos a casa y me puse a estudiar. Vino Eyden por detrás en tono burlón.

-¿Cuando?-Me decía mientras me besaba el cuello y me abrazaba por detrás a lo que me giro y lo contesto.
-¿Cuando qué?
-Que cuando, cuando lo haremos.
-El que. ¿El amor?
-Sí...
-Estás muy salido... De momento te tengo que conocer más...-Reí tímidamente.

-Será un momento... Por favor... Lena... Te necesito, complace a tu príncipe...

-Que no Eyden, para de sobarme.
-Lena, te voy ha hacer mía.-Decía mientras me sobaba y me besaba cada vez más rápido.
-He dicho que no, Eyden sueltame!-Chillé.
Eyeden reaccionó.
-Pe. Perdona, lo siento yo... Me fui fuera de mis límites, tengo que... Tengo que controlar mi lado sexual.
-Vale, Eyden, alguna vez lo haremos, ya llegará, de momento nos estamos conociendo, no soy una fulana de barrio, no soy una charlotte.

Miraba cabizbajo al suelo avergonzado.

-EH, Eyden, tranquilo, no pasa nada, yo también lo quiero hacer contigo pero no estoy preparada, por favor, no hagas esto más difícil para mí, entiende que hace unos meses era una persona normal y que ahora estoy casada con un demonio increíble mente sexy.

-¿Crees que soy sexy? Lena, tu aroma volvería loco a todos los demonios del inframundo. Eres especial y te tengo que hacer mía en algún momento. Te amo y te amaré siempre.-Repetía esto mientras se acercaba a mis labios y los rozaba.

Siempre.
Me besó.

Su aroma era fragancia a Rosas, con un ligero toque a menta, sus besos eran como caramelos para mis labios y su mirada que se clavaba en mis ojos era cosa de segundos en que cayera derretida ante sus píes. Eyden, te amo.

...

Destinada a estar con un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora