Mío.

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Después de hablar con Dallas lo único que podía pedir es que mi corazón fuera un poco más despacio, la sensación de que subiría por mi garganta hasta salir por la boca era cada vez mayor. 

Dallas y yo seríamos perfectos juntos, pero en la distancia equivocada. Es decir, una gran putada.




Distancias Equivocadas. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora