Capítulo 5

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   Abro los ojos cuando Susana me sacude para que me despierte. El frío recorre mi cuerpo. Me levanto y piso el suelo helado. Aunque acaba de empezar noviembre, hace bastante frío. Cojo el uniforme y voy al baño a vestirme. Cierro la puerta y me cambio. No pensé que diría esto tan pronto, pero ya me he acostumbrado a la falda y a la ropa de chica. Salgo del baño y me pongo los zapatos. Abro el armario y cojo el abrigo azul marino del colegio. Me lo pongo y nos vamos a desayunar.

   Después de desayunar vamos a clase. Las primeras horas de la mañana son muy largas. Por suerte, hoy es viernes. Mañana podremos vestirnos con ropa distinta. También me he acostumbrado a la ropa de los sábados y los domingos, aunque echo de menos la ropa de chico. Estamos a principios de diciembre, y hace tres meses que no me pongo ropa de chico.

   Después de las primeras horas salimos al patio. Susana me mira. Por suerte, aún no ha descubierto que soy un chico.

   Después del recreo volvemos a clase hasta la hora de comer. Las horas son aburridas. Llevo una media de nueve este año. Cuando acaban las clases vamos a comer a la cafetería. Hace mucho frío, así que no me quito el abrigo en todo el día.

   Después de comer vamos a estudiar a la habitación, que está bastante fría. A las ocho vamos a cenar. Cuando volvemos a la habitación me voy a la ducha. Me quito el abrigo azul marino y cojo el camisón antes de entrar en el baño.

   Me quito el uniforme y me ducho. Estoy un rato metido bajo el agua. Cuando salgo no puedo ver mi reflejo en el espejo. Paso la mano por éste para verme. Observo mi pelo, que ha crecido bastante. Ahora sí que parezco una chica. Me pongo el camisón y salgo del baño. Tengo sueño, así que me meto en la cama. Mañana será otro día.

Chico en un internado femeninoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora