Ah, las estrellas llorando conmigo,
La luna se puso entera con brillo,
El cielo de noviembre está de quincena,
Y yo de rodillas hablando con ella.
¡Castigo yo pido que sea más grande!
Que me entierra de vivo, que sea suave...
Que sienta el dolor de todas juntadas,
Y todo el mal que me cubra a piedras.
No hay manera de encontrarme a mi,
Me busco yo solo con ganas de ti.
La lluvia fuerte y fría me lava,
Solo un tiempo de mi y de Lena.
¿Qué era este mundo sin ella?
¿Y el mundo sin mi con mi piedra?
Una piedra antigua usada,
Que huele a soledad y está mojada.
Se pinta ahora con cuidado su cara,
Se pone vestidos de costuras de gala.
Yo ya no importo, estoy en olvido,
Pero ella no sabe que aun hago ruido...
Me quedo en la sombra, hago de lobo:
El pelo se levanta, la boca babea,
Las garras aprietan el suelo oscuro,
Los colmillos me salen, estoy preparado...
El tiempo indica la hora exacta,
Empiezo a acercarme, mirando a ella...
¡Un salto yo hago y atrapo su cuerpo!
Se asusta y cae golpeando su rostro...
Ahora esta mareada y mueve sus ojos.
Miro y recuerdo, lamiendo sus huesos.
Levanta su cabeza y me mira con susto,
Yo lo dejo muy lejos, le doy un abrazo.
Me alejo suave y paro mis pasos,
Mi cuello se dobla, mis ojos son fuegos.
Que guapa está en el suelo con hojas,
Las hojas amarillas de cuento de hadas...
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Dedico estos versos a Ella - mi Alma.
Me dejo tumbado y miro la luna,
Empiezo a gritar, llamando de pena,
No ha hecho bastante, ¡algo me queda!
