Capitulo 5

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El patio principal de la escuela esta vacío, las clases comenzaron hace 5 minutos; es mejor brincarme la primera clase y esperar. Voy al jardín, me relaja, me siento y le arranco mala hierba desde donde estoy, la siguiente clase será idiomas, después reglamentos de escritura, activación física, y finalmente historia...esa también me la puedo brincar, y perderme un rato en lo que queda de la ciudad.

Alguien se acerca, sigo desyerbando el jardín, y entonces lo veo; alto, cabello y ojos castaños, es moreno claro, un año mayor que yo, padres extranjeros, nombre Vladimir...me mira, me levanto, tomo mi deslizador y me voy, cualquier lugar mejor que cerca de él, no es que sea antisocial ni nada, pero me molesta estar cerca de él, incomoda su presencia, aunque es muy popular y tiene locas a todas, es...extraño a su manera.

Termino la última media hora en el baño para señoritas, sentada, recordando con algunas palabras...amor, amigos, amistad, tranquilidad, paz...algo que espero conocer. Suena el cambio de horario, salgo y me dirijo al salón de idiomas, y ocurre, Natasha me toma por el brazo y Miriam se pone enfrente.

-Cómo estás?-

-Bien gracias- les sonrió.

-Te contó tu mama lo que paso ayer?-

-Paso algo mientras estuve inconsciente?- miro a Miriam con los ojos abiertos casi en su totalidad.

-Claro, el tipo grande con parche se llevó al doc., después del temblor y el sonido raro ese-

-Pensamos en regresarte de alguna manera-la interrumpió Natasha- pero entonces por arte de magia aparece ti mama con Vlad, y ellos te llevan a casa-

-Vlad?? El que es un año mayor que nosotras y estudia aquí?-

-El que trae locas a todas...menos a ti-

-Tiene que ser una broma-

-No lo es-cuando empezamos a caminar al salón?-y le dijo a tu mama Jane, como si ya se conocieran-

-Bueno...supongo que debí agradecerle-dije mientras tomaba la perilla de la puerta del aula.

-Qué quieres decir con agradecerle?-

-Miriam, tranquila, me lo encontré junto al jardín, pero me fui...no sabía que había hecho eso-

-Bueno...entremos aclase, se hace tarde-

-No quiero que la señorita Greenham me ponga a recitar ese poema de la cacerola otra vez-dice Natasha mientras se adelanta a nosotras y entramos al salón.


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