Gladiolo

1.4K 222 11
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Cuando fui, no estabas arrodillada. No llorabas ni tampoco mirabas la tumba de siempre, la cual aún no sé a quién pertenece.

Simplemente, estabas allí, de pie, observando el cielo. Tu cabello lo llevabas recogido en una cola alta, así que pude estudiar tu rostro a la perfección.

Eras hermosa, demonios. Demasiado hermosa y no lo podía creer.

No podía creer que estabas allí, por mí.

Entonces, como tenía pensado hacer, caminé con paso firme hacia ti, ignorando y olvidando el lugar en el que nos encontrábamos. Una fuerza superior a la normal me invadió y me dio la valentía necesaria para hacer lo que hice.

Y ahí todo empezó.


Pétalos efímerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora