Zinnia amarilla

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Regresé un martes porque temía verte de nuevo, no sabía cómo ibas a reaccionar después de tanto tiempo.

Lo primero que hice fue arrodillarme en frente de la tumba de mi padre. Él... él nos lastimó mucho, a mi madre y a mí. Y, a pesar de todo, lo seguía extrañando.

Era contradictorio: cada que pensaba en lo que él había hecho me enojaba demasiado. Pero luego recordaba viejos tiempos y añoraba volver allí.

Sin embargo, debía demostrar madurez en este asunto por mi madre.

Ella era la única que me importaba. La única que debía importarme.


Pétalos efímerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora