Cuatro

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-Aún no digiero completamente esta información.

-Te decimos la verdad, Jade.

-Lo sé, es sólo que aún tengo una pequeña duda.

Una pregunta rondaba por su cabeza desde que terminaron de mostrarle sus poderes.

-Dinos la duda, nosotros te responderemos. -dice Leigh sonriéndole.

-¿Cómo conseguí mis poderes?

Todos se miraron entre sí buscando una respuesta concreta. Liam, que era el que sabía un poco del tema respondió.

-Hay distintas formas de conseguir los poderes. Una podría ser que te sometieron a algún tratamiento con algo que fuera radioactivo o algo así.

Jade comenzó a pensar si en algún momento le pasó algo como lo que dijo Liam, pero no recordó nada. Siempre ha sido una persona muy sana, muy pocas veces se ha enfermado, y si lo ha hecho han sido cosas sin importancia alguna.

-Pero también está la posibilidad de que alguno de tus padres alguna vez tuvo y te los pasó a ti, los poderes son hereditarios.

Se puso pensativa nuevamente, su madre murió y nunca ha visto a su padre. Ella vive con su abuela, según Jade su abuela no es normal, pero es imposible que tenga poderes. Sería muy raro si tuviera y no se lo ha dicho, ellas se cuentan todo. Cuando llegara a casa le preguntará.

-De mi madre es imposible, ella nunca hizo algo que me hiciera sospechar que tenga poderes. De mi padre, no lo sé, nunca lo he visto.

-¿Con quién vives? -pregunta Perrie curiosa.

-Con mi abuela.

Perrie asiente y piensa en la posibilidad de que su abuela tenga poderes.

-Chicos ya es tarde, creo que debería irme -anuncia Jade, levantándose del sofá y tomando su bolso.

-Yo te acompañaré -Afirma Harry poniéndose de pie y sacando las llaves del auto de su bolsillo.

La timidez de Jade volvió al escuchar a Harry, sus mejillas tomaron un color carmesí y comenzaron a arder. Trató de cubrirlas bajando la cabeza.

-No es necesario, Harry. Son solo unas cuadras, puedo caminar. -ríe bajo.

-Entonces vamos caminando -él la mira sonriendo y los demás ríen ante la insistencia de Harry.

-No lograrás convencerlo, Jade. -ríe Jesy.

-Está bien, acompáñame.

Harry sonríe y toma su abrigo para luego salir de la casa con Jade pisándole los talones.

Ella camina con la cabeza baja y él va a su lado siguiéndola al no saber en dónde vive. El camino era silencioso y algo oscuro al ser las 10 pm, pero ninguno se sentía inseguro. Al contrario, se sentían muy bien y a gusto juntos, como si estuvieran destinados a estar juntos.

Los padres de Harry también sintieron esa conexión cuando se conocieron, se sentían seguros el uno con el otro y sus poderes se complementaban como si hubieran nacido para estar juntos. Nunca le han hablado de eso a Harry porque, se supone, que eso lo debe descubrir él solo cuando encuentre a la persona indicada. A la persona con la que pasará el resto de su vida y a la que hará feliz.

-Gracias por traerme, Harry -murmura Jade subiendo los escalones que daban a la puerta de su casa.

-No es nada, no me perdonaría si te pasaba algo.

Jade sonríe y le besa la mejilla.

-Adiós, Harry.

-Adiós, Jade.

Entró a su casa y Harry emprendió su camino de vuelta con los chicos.

-¡Abuela! ¡Llegué!

Dejó las llaves en la mesa y se quitó el bolso para así dejarlo en el sofá junto a ella.

Una mujer con un delantal y la cara llena de harina, salió de la cocina.

-¡Mi niña! ¿Dónde estuviste toda la tarde?

-Con unos amigos... ¿Qué estabas haciendo?

La abuela miró su delantal y la cuchara que tenía en la mano.

-¡Oh! Hacía galletas.

La cara de Jade se iluminó y corrió a la cocina en la que acababa de entrar la abuela Margaret.

Ambas terminaron de hacer las galletas y las pusieron en el horno. Jade se sentó en un taburete y decidió que era el momento de preguntarle sobre los poderes.

-Abuela...

Margaret hizo un sonido con la boca indicándole que siguiera hablando.

-Tú... ¿Tú crees en las personas con poderes?

Su abuela dejó de lavar los trastos sucios por un momento al escuchar la pregunta, pero luego siguió como si nada.

-Claro que sí. Existen, tu padre tenía -se lo dijo sin más, sin dar excusas ni titubear.

Jade abrió los ojos de par en par, no creyó que si abuela se lo diría así de rápido. Pensó que tendría que chantajearla o algo por el estilo.

-¿E-en serio? ¿Qué le pasó?

-No lo sé, cuando supo que tu madre estaba embarazada desapareció. Era un imbécil estúpido, nunca me cayó bien, jamás me tragué el cuento del hombre perfecto. Supimos que tenía poderes cuando vino por primera vez a nuestra casa, hizo que el vino se derramará en la ropa de tu abuelo telepáticamente.

-Tal vez se cayó solo el vino.

Margaret rió.

-La botella de vino estaba en la mitad de la mesa, cariño. Se comenzó a mover lentamente y luego, de un solo tirón cayó en los pantalones de tu abuelo. No pudo culpar a nadie porque empezó a reírse en vez de pasarle una servilleta.

-¿Sabes cómo se llama, no?

-La verdad... No recuerdo su nombre. Lo llamaba idiota o imbécil, tal vez alguna vez me lo dijo pero si fue así, no lo recuerdo.

Jade ríe negando con la cabeza. De alguna forma averiguará el nombre de su padre.

Narra XX.

-Los chicos ya están aquí señor y están buscando a los con mega poderes.

Al otro lado de la línea un hombre de unos 40 años, yace enojado en su escritorio al esperar más información de la que se le está dando.

-Debemos encontrarlos primero, Artur. No dejaré que esos estúpidos adolescentes arruinen la gran posibilidad que tengo de conseguir mi objetivo.

-Lo sé, señor. Haré lo que esté a mi alcance para que pueda conseguir lo que quiere.

-Haz lo que esté a tu alcance y más. -y sin decir más la llamada se corta.

Él no se cansará hasta tener a los cuatro chicos, y si puede a los diez, de su lado.



Supernatural [Jarry] [Little Direction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora