Por fin es viernes, al salir de clases mi jefe llamó para avisarme que hoy no fuese a trabajar, así que tengo la tarde libre. Llamo a Roma para salir y quedamos para ir a comer helado a las 3.
Me ducho, y me coloco una falda de vuelos negra que llega cinco dedos sobre la rodilla, con mi camisa de The Rollings Tones por dentro, encima una chaqueta, me observo en el espejo y me veo bien, mis piernas se ven aun mas largas y blancas de lo que son. Me coloco mis botas y salgo al centro comercial para encontrar tirarme con mi amiga. Me despido de mamá y Santiago, sorpresa; en la puerta de mi casa veo un ramo de rosas gigante, algo así como tres ramos de rosas unidos, pero no me iba a detener a contarlas. Me inclino interrogante a recogerlas y leo la nota que está a un lado. "Dame tu número, ¿Si?" Sonrio y veo a los lados esperando encontrar a Matt, pero no está. No pienso dárselo, no ahora, me encantan estos detalles, quiero ver que tan lejos puede llegar. Decido ir al centro comercial caminando, con ese gran ramo de rosas en las manos.
Estoy por cruzar la calle cuando el semáforo se pone en verde, paro de caminar y veo a unas niñas de aproximadamente 7 años, las 5 niñas miraban el ramo de rosas con curiosidad, me agacho y le regalo dos rosas a cada una, hacer esto me da una idea.
Por fin llego al lugar, entro con solo cinco rosas en mis manos, pues he caminado por toda Manhattan regalándole rosas a todos los que veía, a niños, ancianos y jóvenes, todos me miraban con una sonrisa en sus labios, me alegra darle algo de felicidad a alguien que podría estar pasando por un mal momento.
Veo a Roma apoyada en la esquina de la heladería esperándome concentrada en su celular, ella es hermosa, alta como yo, tiene al cabello negro, largo y liso, sus ojos son grandes y de un color negro muy profundo, una nariz pequeña, muy largas piernas y una muy pronunciada cadera. Lleva unos pantalones negros, una blusa blanca con la espalda descubierta y sus típicos converse negros.
-¡ROMA!- Le grito al oído. A lo que ella grita del susto y hace que su celular caiga al piso. Me fulmina con una de sus peores miradas, tiene un carácter fuerte así que no le cuesta amargarse rápido, por suerte mayoría de las veces está de buen humor.
-Eres una estúpida Perséfone- Dice levantando su celular del piso.-Lo siento- Digo riéndome mientras la abrazo. Ella me devuelve el abrazo.
Vamos por los helados de chocolate para mí, y menta para Roma, nos sentamos en unas de las mesas que están al frente de la heladería, comenzamos a hablar, le cuento sobre Matt y Kevin, sobre las rosas, ella me regaña por rechazar Kevin, y me habla sobre un chico que le gusta, así estuvimos toda la tarde.
-Hoy voy a ir a una fiesta, y tú vas a venir conmigo- Dice Roma muy rápido.
-¿Qué?- Digo sorprendida.
-Que vamos a ir a una fiesta-Dice.
-No, no voy a ir- digo.
-¿Ah no?- Dice levantando una ceja.
Esto no me gusta, no me gusta nada.
*3 horas después*
-¡Estas bellisimaaaaaaa!- Dice Roma alargando las a.
Estoy su cuarto, maquillada, peinada, con un vestido negro demasiado apretado que no deja nada para la imaginación. Después de negarme rotundamente a ir a la fiesta, me arrastro a una tienda y me hizo comprarme el vestido, me subió en su auto y me llevo hasta su casa para maquillarme y peinarme, debo parecer un payaso, jamás me a gustado maquillarme y aunque no me he visto no me quiero ni imaginar.
Me levanto con los ojos cerrados hasta el espejo, cuando los abro me veo y... No estoy nada mal, Roma sabe lo que hace maquillando, es muy buena. Me volteo hacia ella y no esta vestida nada más que con una pijama.
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I wanna be yours
RomansaPerséfone, es una chica común, hermosa, inteligente, independiente y madura... A veces. Se enfrentara a problemas relacionados con el amor. Solo algunos de estos chicos podrá ganarse su corazón, o ella partir el de ellos.