Jamil

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El sonido me asusta y miro rapidamente hacia atrás. El militante que me cuidaba cae al suelo, ¿Quién le disparó? busco alrededor al causante mientras me pongo de pie. Entonces lo veo, con su reluciente traje negro, como aquella vez, es Yago y corre hacia mí.

- ¿Yago? ¿Qué hiciste? - le pregunto mientras me abraza.

- ¿Estás bien? ¿No te han hecho nada? - me pregunta mientras me toma la cara con sus manos, cuyos guantes se me pegan en la piel.

- Sí, sí, sí, estoy bien... ¿Dónde estabas? No te vi cuando salí.

- Acabo de llegar... te iban a matar, este sujeto te estaba apuntado con su arma y yo lo... maté... - analiza lo que ha hecho - ¿Qué diablos haces aquí? - me regaña, asustado, preocupado y enojado.

- Solo vine a recolectar estas flores, él me pidió de favor que los cortara para su abuela, está enferma y quería darle un presente... ¡Y lo mataste! - le grito. El miedo me corre por las venas, ¿y ahora qué hacemos? En cualquier momento vendrán por el sonido de la detonación. Aunque me extraña que ya hayan tardado.

- ¡Porque él te iba a matar a ti! - me grita con los ojos cristalinos.

Voltemos a ver el cuerpo tirado en el suelo, con su casco cubriéndole. Miro a Yago y se acerca a él, se arrodilla y yo junto a él. Le aprieta el cuello. El casco se despliega y da un salto de sorpresa que lo hace caer hacia atrás, ambos lo hacemos en realidad: es Tyler. ¿Cómo? su voz era diferente, más gruesa, ¿Me engaño para matarme? Por eso nunca se quitó el casco, para no revelar su identidad. Siento un hueco extraño en mi interior. Por una parte, me llueven las veces en que este zangano me molestó durante años y una chispa de felicidad surge, pues todo eso ha terminado. Aunque no sé si de verdad, con el cambio de sección eso se hubiera arreglado porque si está aqui significa que él tambien se hizo militante y por tanto se mudaría a la sección central y mi santuario de paz alejado de él no habria durado mucho. Por otra parte, por más arrogante que sea una persona, no puedo evitar sentirme mal al tener esos pensamientos tan horribles como lo es alegrarme de la muerte de alguien a quien me caía mal. Tyler solo era un idiota que buscaba tener la atención de todos a quienes lo rodeaban y exigia respeto de esa forma para mantener a raya sus problemas. No entiendo a ese tipo de personas del todo pero en mi caso, no lo odiaba. Al final solo me daba lástima. Pero ahora está muerto, frente a nosotros... y no solo eso, mi hermano fue quien lo mató.

- ¿Por qué él tiene un traje de militante? - surge la pregunta que abruma mi cabeza mientras contemplo su cuerpo, impactado de lo que veo.

- Esta mañana me lo encontré en las puertas de la sección central, dijo que también se enlisto para ser militante.

- Yago... mataste al hijo de la hermana del coronel. Mataste a su sobrino... - la piel se me eriza. El perdón que nos otorgaron solo es una cortina de humo del coronel para apasiguar la molestia de las últimas semanas hacia su podrido sistema de seguridad, para mostrar que los cambios se van a dar de ahora en adelante y que serán más flexibles con la comunidad. Pero esa cortina se va disipando a cada segundo que pasa, si el coronel se entera de que tuvimos que ver con la muerte de su sobrino, correremos con la misma suerte que él...

Un rugido nos distrae, volteamos a todas partes para ver de dónde vino. Escuchamos ramas crujir a lo lejos y de repente el suelo tiembla. ¡no es posible! Miro a Yago, me levanto y lo ayudo a levantarse.

- Tenemos que irnos de aquí - me dice y asiento desesperado.

No me gusta nada lo que escucho. Corremos por los arbustos. Visualizamos una parte del muro, cuyas enredaderas lo tapan, antes de llegar al concreto, un árbol cae sobre nosotros. Retrocedemos para esquivarlo.

Revelación: La Historia de un Mundo SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora