Mi caballero soñado (BTS JIMIN)

Capítulo 4. Sueños

Cuando abrí los ojos me encontré nuevamente frente a la entrada del castillo y junto al caballero. Es increíble, puedo continuar el sueño.

-Gracias. -respondí

El castillo era protegido por un muro. Este rodeaba al castillo y era bastante alto. Entramos y cruzamos el patio principal. Artesanos, herreros, comerciantes, niños, mujeres, todos se detenían para observarme. ¿Y quién no lo haría? Estoy con mi pijama, el mejor atuendo para ir al castillo.

Pasamos por una fuente de agua, la estatua era una señora de edad con un lápiz entre sus dedos. Del lápiz salía el agua y su imagen me alegraba ya que me recordaba a mi abuela.

- ¿Todo bien? - preguntó

- Claro, este lugar es hermoso - dije mientras miraba alrededor.

Subimos unas escaleras de piedra que llevaban a la puerta del castillo. A cada lado de la entrada había un caballero, sus armaduras eran distintas a la que llevaba él.

- Todavía falta que veas el interior del castillo, te prepararemos un baño caliente, curaciones y comida. - dijo sonriendo.

- No es necesario tanta atención, no soy nadie importante, un pedazo de pan creo que será suficiente.- respondí mientras miraba mis pies, las heridas se veían mal pero no me dolían.

- Eres importante si no lo sabías, eres la ... - alcanzó a decir ya que un señor apareció y lo apartó.

- Discúlpeme, señorita. Las criadas vendrán a atenderla. Jimin, ¿dónde estabas? te necesitábamos en el campo de práctica.- dijo el señor y se fueron.

Me pregunto qué es lo que me quería decir antes que lo interrumpieran, por lo menos ya sé su nombre. Jimin... jimin... ¿¿¡¡JIMIN!!?? Con razón me parecía familiar el chico en la escuela, JIMIN ES EL CABALLERO DE MI SUEÑO. No puedo creer que sueñe con alguien que no conozco. Que vergüenza. Lo bueno es que solo es un sueño.

Aparecieron tres criadas, llevaban puesto un traje muy bonito. Me llevaron a un salón enorme, el baño. ¿Cómo puede ser tan grande el baño? Estaba boquiabierta, había una pileta de vapor, un pasillo largo lleno de duchas y muchas cosas que nunca hubiese tenido en mi baño. Esto es tener dinero. Después de bañarme, fuimos por un pasillo y en las paredes colgaban unos cuadros, en uno de ellos estaba la señora de la estatua de la fuente. Era muy parecida a mi abuela, sonreí.

Al entrar en la habitación, las criadas se despidieron, se fueron y apareció una enfermera. Me desinfectó las heridas de los pies, los vendó y me puso unos calcetines para que no se ensuciaran las vendas. Encima de la cama había un atuendo medieval muy bonito, no recuerdo mucho sus detalles pero era bastante cómodo y me sentía bien. Una de las criadas apareció y me guió hasta el comedor.

Ahí estaba Jimin.