Mi caballero soñado (BTS JIMIN)

Capítulo 19. No hay vuelta atrás

Han pasado dos meses desde que no veo a Jimin, ni en mis sueños ni en el instituto. Le he preguntado a sus amigos si es que lo han visto pero siempre me responden lo mismo. "No sabemos de un tal Jimin" Es extraño que los demás hayan olvidado a Jimin tan fácilmente. Además es aún más extraño que él no esté aquí. Me siento sola y triste, no puedo olvidarlo así simplemente.
Mis días son normales ahora, no tengo que preocuparme por ninguna boda, solo debo preocuparme por mis deberes. Por cierto la próxima semana es la Graduación y saldría de este lugar. Me dice el rector del instituto que tengo la carrera becada, debo elegirla solamente y el lugar donde quiero estudiar, pero no lo he pensado aún y mañana debo presentarle en una carta mi decisión.
Estuve averiguando con mis compañeros los posibles lugares de estudio donde estén acreditadas las carreras y que sean docentes de calidad. Una alternativa sería la Universidad de Literatura del Norte o la Universidad de Interacción y Leyes. Las Universidades me ofrecen mayormente las mismas oportunidades de trabajo al salir titulada, pero la ubicación de ambas es muy lejana y no tienen internado así que este verano debo trabajar para pagarme un departamento cerca. A la noche estuve hablando con Sara y Cindy, Sara se va a la Universidad Central de Medicina y Cindy va a la Universidad de Utilidad en la Facultad de Pedagogía, a estudiar Pedagogía en Matemáticas. La verdad las vi tan decididas que quise sentirme de la misma manera y opté por tema de horarios, establecimiento y otras cosas, irme a la Universidad en el Norte.

Al otro día le comuniqué al rector mi decisión y realizó unos trámites para avisar de mi postulación. Todo terminado me estrechó la mano y me felicitó. Lo extraño fue que me susurró al oído. "No tienes planes de casarte todavía ¿verdad?"

- No, claro que no. - le dije y salí de su oficina extrañada, no me percaté y choqué con alguien, como siempre me disculpe y fui corriendo al baño.

Me sentía perdida, no entendía lo que pasaba, ¿por qué ya no sueño con Jimin? ¿Tendrá algo que ver ese collar? ¿Me recordará?
Nuevamente comencé a llorar, quería volver a ver a Jimin, quería ver su sonrisa, quería escuchar su voz, quería decirle de frente que lo amo. Quizás es muy pronto, pero así lo siento, me encanta verlo sonreír, me encanta escucharlo hablar, me encanta sentir su presencia cerca mío, si quisiera pasar el resto de mi vida con alguien, sería él y nadie más. Esa boda que tenían planeada para mi no era nada más que un arreglo entre reinos. El amor es casi nulo en ciertos casos, pero si no es con Jimin, no quiero a nadie más. Marie no creo que entienda el hecho de que planeen tu vida de tal manera que las decisiones no son propias, todavía no está en edad de casarse. Que automáticamente a los 19 años tuviera que casarme no me alegraba en absoluto, ni siquiera conozco a ese hombre y no entiendo el por qué tan repentina situación. De repente me asusta el hecho de que el próximo mes es mi cumpleaños, ¿Pasará algo? Mi cabezas da vueltas y empieza a doler cada vez que pienso en eso.

Fui al patio del instituto y me senté a la sombra de un árbol, podía escuchar levemente una música que llamó mi atención. Miré hacia arriba y un chico tocaba la armónica en la copa del árbol. ¿Cómo pudo subir hasta allá? Me levanté para verlo mejor, quise subir, pero no tenía puestas mis zapatillas deportivas y sinceramente, le tengo un poco de miedo a las alturas así que pensándolo bien, prefiero tener los pies firmes en la tierra.

- ¡Oye! - grité, pero no respondía. - ¡OYE! - el chico dejó el instrumento musical a un lado y se sentó en la rama.

- ¿Podrías no hacer ruido? Estoy ensayando - volvió a apoyarse en la rama para tocar.

Desde abajo no podía divisar su cara, pero me pareció muy maleducado responder así. Quizás deba dejarlo solo, además no es que me interese mucho hablar con él así que pateé el árbol y me fui.
Por un momento olvidé que andaba medio descalza y me lastimé el dedo meñique. Gemí de dolor tratando de que alguien me escuchara, pero no pasaba nada. Me levanté a penas y empecé a caminar, pero al dar un paso caí de golpe.

- Eres muy torpe, ¿no? - el chico que hace unos instantes estaba arriba en el árbol, estaba ahora tendiéndome su mano para ayudarme.

- Gracias y que me haya golpeado no significa que sea torpe. - Me ayudó a levantarme y estando de pié perdí el equilibrio, pero él actuó rápidamente y me atajó.

- Para mí, si eres torpe. - sentí su brazo alrededor mío y luego me tomó en brazos. ¿Qué?

- Oye suéltame. -

- No puedes caminar, te llevaré a enfermería y luego me voy. No te voy a dejar aquí, no soy tan malo. - su cara no tenía ninguna expresión, me sentía incómoda con él.

- Puedo llegar a enfermería, tengo amigas que me pueden ayudar. Te puedes ir. - Ignoró mi comentario y siguió caminando, me rendí y sólo me quedé callada.

- ¿Por qué le pegaste al árbol? No tiene la culpa de tus malos momentos. - Esta vez lo ignoré yo, no tenía porque contarle mi vida a ese extraño, ciertamente estaba triste y enojada conmigo misma por no poder hacer nada para volver a ver a Jimin.

- No te interesa, ¿o si? - sentí que se detuvo.

- ¿Quieres que te deje en enfermería? Mira como estás sangrando, te duele, solo estoy yo por aquí y soy tu único "medio de transporte" - hizo las comillas con los dedos para enfatizar. Tenía razón, él era el único que podía ayudarme en ese momento.

- Okey, pero no es que tenga mucho que contar. Por favor, ayúdame. - agaché la mirada, no quería que viera mi cara de tristeza e impotencia. Solo llegaríamos a enfermería y no lo volvería a ver.

Llegamos a la sala de la enfermera, me dejó con la tutora y se fue sin decir nada, no pude agradecerle el viaje.

- Esta vez te trajo un alumno, ¿tu novio? - dijo mientras limpiaba la herida.

- Ay... uhh.. no... ah eso arde. No, no es mi novio, es solo un chico que me ayudó a llegar aquí, ya que nadie más estaba alrededor. - Odio un poco lastimarme porque colocan esta cosa que arde tanto y hay que aguantarla.

- Ah, está bien. Te voy a colocar la gasa ahora, eso no arde. Cuéntame, ¿cómo te hiciste esa herida? - 

- Bueno, le pegué a un árbol... estaba un poco estresada.- 

- El árbol no tiene la culpa de eso.- Ya van dos que lo dicen.

Después de vendada, me fui a penas a mi habitación a descansar. Todos los que me veían me preguntaban lo mismo "¿Cómo te hiciste eso?" No respondo, mi dignidad es algo valioso y no la quiero perder tan fácilmente. Al llegar, las chicas también se preocupan y me preguntan, les digo que solo fue un accidente con un árbol y me dicen "pobre árbol". Que acaso, ¿soy la mala de la escena? Es extraño pero bueno. Me acosté temprano, serían como las 7 de la tarde y dormí hasta medianoche, cuando sentía que no podía dormir me levanté al baño y vi en mi reflejo que algo en forma de luna estaba marcado en mi cara, me devolví a ver en mi cama y algo brillante salía debajo de la almohada. La daga que llegó hace un tiempo misteriosamente, ahora estaba ahí. Tenía una nota "Mójala a la luz del sol, solo a medianoche verás esto". La guardé en mi bolso y al día siguiente me levanté ligeramente tarde. Las chicas no estaban en el dormitorio cuando desperté, quizás tenían planes de estudiar, bueno solo Cindy iría a estudiar, Sara tendría una cita con Jake, entonces aproveché para ir a la fuente que queda a un costado del instituto y así mojar la daga.

Llegué a la fuente y los rayos del sol la iluminaban totalmente. "Perfecto" pensé.

Saqué unas gotas con la mano pero solo se divisaban unos pequeños brillos, entonces la sumergí y se reveló un texto que decía.

"Pequeña, este es nuestro único medio de comunicación, tu protección es mi prioridad. No podremos vernos de nuevo, pero te sigo vigilando desde el castillo.
Tuyo, Jimin."

- Increíble 

Escuché que alguien estaba detrás mio y guardé inmediatamente la daga bajo mi polerón. 

- Esto no es algo que te incumba. No nos íbamos a ver de nuevo, ¿verdad? - el chico de ayer estaba mirándome con su expresión de nada, que de verdad me impacienta no saber que piensa este chico.

- Solo pasaba por aquí, no tienes que ponerte así. Bye. - se despidió

Menos mal no vio mucho, si ven esto, no se que pasaría. Quizás nada, quizás mucho, no me quiero arriesgar. Volví a mi habitación y me encerré en el baño, aproveché de que Sara y Cindy no llegaban aún para escribir en la daga. Al terminar la guardé bajo mi almohada y me acosté. Ojalá Jimin lea la nota.