Capítulo 13. Latidos

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Miré para todos lados, mi cabeza daba vueltas, estaba confundida así que me senté a un lado del pasillo. Los dolores en mi cabeza persistían y cubrí mis ojos con mis manos.

- ¿Estás bien? - escuché

Miré hacia arriba y allí estaba de pie una enfermera ofreciendo su mano para ayudar a ponerme de pie.

- Eh.. sí, creo. Me duele un poco la cabeza. - respondí mientras me colocaba en pie.

- Ah, entonces pasa, te daré una pastilla para el malestar. - dijo enérgicamente.

Entramos a la enfermería y pude distinguir a Jimin vendado y acostado en una camilla, pero no podía acercarme a él, no me dejarían. Quería saber si estaba bien, si habría forma de salvarlo. En todo caso él salvó mi vida, o eso es lo que soñé. Porque aunque esto se sienta muy real es solo un sueño.

La enfermera se acercó a un estante y sacó un frasco amarillo, me pasó una pastilla y me dio un vaso de agua.

- Toma esto, te aliviará. - dijo

- Gracias - sonreí

Tenía un sabor amargo, lo soporté y me la tomé. Me senté en una silla lejana a la camilla de Jimin, pero podía divisar perfectamente su cara desde mi lugar. La pastilla no hizo ningún efecto instantáneo pero a medida que avanzaban los minutos el dolor menguaba.

Poco a poco sentía más y más sueño, no podía entender que tuviera sueño dentro de un sueño, no es lógico a menos que sea una película. Salí de la habitación para no dormirme.

Cerré los ojos y comencé a escuchar una melodía familiar. Mi abuela solía cantarme esta canción antes de dormir. Me sentía relajada y adormecida. Una voz me despertó de mi estado.

- Señorita despierte -

Miré a sus ojos, me sonreía.

- Todo está bien, ¿Cómo estás? - dijo Jimin.

- ¿Cómo que "está bien"? Estas vendado, luchaste para salvarme - respondí.

- Pero ya todo pasó, lo importante es que tú estés bien. Si estás bien, yo lo estoy. - dijo mirándome a los ojos.

- Eso es físicamente imposible. - desvié la mirada.

Cada día, o mejor dicho, cada sueño me gusta más Jimin. Pero no me puede gustar un sueño, el Jimin de la vida real no es como me lo imagino.

- No es imposible y no desvíes la mirada - agarró mi mentón con su mano y se acercó.

- ¿Por qué no? - Quería dejar de mirarlo y no enamorarme de él, pero es imposible. Sus ojos me miraban profundamente, sentía su respiración en mi nariz. Tenerlo muy de cerca hacía explotar mi mente y corazón. Definitivamente me enamoré.

- Porque debo asegurarme que estás bien. - respondió.

- Lo estoy, no te preocupes. -

- Que bien. - sonrió.

Luego apareció una enfermera llevándose a Jimin a la habitación. Al parecer al verme se escapó.

- ¿Cómo estás? - escuché detrás mio.

Giré y ahí estaba Yoongi apoyado en la pared mirando al suelo.

- Estoy bien, Jimin está peor. Nos atacó un oso. - respondí

- Sí, eso lo sé. Yo mandé a Brown. Los vi, me sentía culpable de hacer que Jimin se enojara, pero quería dejarte en claro sus sentimientos hacia ti. Cuando el oso apareció, busqué a Brown y lo llevé. - dijo y lo miré asombrada.

- ¿Brown? - pregunté

- El caballo, ¿acaso no sabías su nombre? - dijo burlándose.

- No, no lo sabía. Ni tampoco sabía que Jimin tenía esa clase de sentimientos hacía mí. De todas formas gracias por enviar a Brown. - lo abracé.

- No lo hagas, no me gustan los abrazos. - dijo

- Está bien - me alejé y reí.

Yoongi puso una cara de disgusto y sonrió.

- Deberías ir a descansar, es tarde. -

- No puedo ir a descansar, debo cuidar de Jimin.- dije despidiéndome

- Eso déjalo a las enfermeras. Está bien, cuando Jimin despierte, ¿me avisas? quiero disculparme con él. -

- No te preocupes.- sonrió y se fue.

Desapareció por el pasillo y giré para mirar a la enfermería, llamé a la puerta y me abrieron. Me dejaron entrar y estar con Jimin ya que ya lo habían examinado y dado todos los cuidados que necesitaba.

Verlo dormir hizo que mi corazón palpite, sus ojos cerrados mostraban ternura. Estuve observando su rostro hasta que caí dormida apoyada en su camilla.

Mi caballero soñado (BTS JIMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora