Capítulo 1. El encuentro

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Los rayos del sol iluminaban mi rostro a través de las hojas de los árboles. El sonido de los pájaros me tranquilizaba, pero nada me quitaba el cansancio. No sé cómo llegué a este lugar, estoy todavía vestida con el pijama /*a esta edad no se como puedo andar con un pijama rosado que tiene frutillas por todos lados*/, ahora lo importante es buscar comida ya que tengo mucha hambre. Lo único que he encontrado en el camino es un puñado de cerezas y una manzana.

Seguí mi camino, me odiaba por no andar con sandalias porque las piedras y las ramas secas me están haciendo heridas en las plantas de los pies. Me comí unas cerezas y guardé el resto en mi bolso de cuero, este colgaba de mi hombro izquierdo y pesaba ya que ahí guardo mi libro favorito: "La sonrisa del mundo". Fue escrito por mi abuelita cuando era joven. Siempre la he respetado y querido mucho, ella me crió debido a que mi madre me dió a luz cuando estudiaba y nunca conocí a mi padre.

Cuando era pequeña mi abuela solía regalarme dulces cada vez que lloraba, decía que al morderlos el liquido que salía del dulce representaba la felicidad. Me contaba historias ficticias como que había conocido al hombre de la luna. Ahora me acuerdo de ella y no puedo evitar soltar una o varias lágrimas, la extraño demasiado.

-¿Por qué lloras? - escuché detrás mío - ¿Te lastimaste?

Me dí media vuelta y ví a un hombre vestido con algo parecido a una armadura. Pude observar una coraza plateada oscura, cubriendo su pecho, que dejaba a la vista sus musculosos brazos, debajo llevaba puesto una túnica blanca, cubierta de tablas de cuero que colgaban de su cinturón. En este había una espada dentro de una funda y llevaba unas sandalias de cuero amarradas. En su brazo izquierdo sostenía un escudo con un símbolo que no pude diferenciar bien. Al ver que mi mirada estaba fija en su escudo, aclaró su garganta e hizo una reverencia.

-Señorita?-preguntó.

-Estoy bien, no te preocupes - dije agitando las manos en el aire. - No es necesario que hagas eso.

Me sonrió /* waah! su sonrisa en verdad es muy brillante, sus ojos parecen líneas y sus mejillas se hinchan. De verdad es muy guapo*/ Sentí como mis mejillas se acaloraban.

-Señorita ¿a dónde se dirige? - miró para todos lados en busca de algo.

-Solo busco algo para comer, he conseguido esto- le señalo mi bolso - no es mucho.

-Entonces, ¿no le molestaría venir conmigo? así le invito a comer- sonrió e hizo un chasquido con la lengua.

/*En serio su sonrisa es encantadora, me pregunto como puede haber una sonrisa tan relajante, me hace sentir protegida con solo verla*/

De entremedio de los árboles apareció un caballo bastante alto, café. Miré la montura, el símbolo del escudo era el mismo.

-Señorita, acompáñeme. Allá podrá comer lo que quiera.

Luego indicó un camino que llevaba a una laguna, había una especie de castillo.

-¿Está bien que vaya así vestida como estoy?- me alejé un par de pasos.

Me miró, sonrió y me agarró de la cintura.

De repente ya estaba sobre el caballo, su pelaje era sedoso y se sentía relajante.

Él se quedó en el sendero al lado del caballo. Su pelo castaño se levantaba debido al viento. /*usará algún shampoo especial? Debe ser genial tener el pelo así*/

Llegamos al lago, el agua cristalina mostraba el fondo de piedras bajo el castillo. El agua transmitía una sensación de tranquilidad y me daban ganas de tirarme y zambullirme.

Cuando llegamos a la entrada, me bajó del caballo, le dio dos chasquidos y el animal se fue trotando por detrás del lago entremedio de los árboles. El símbolo del escudo, de la montura se me hacian familiares. Ahora también la entrada poseía tal emblema.

Me acerqué para mirarlo más de cerca y...

********************

-¡¡JOYCE!! llegarás tarde a clases, levántate que ya estamos listas, solo faltas tú.

/*espera, era un sueño?... menos mal. Okey no me preocupo, debo alistarme para ir a clases*/

-Sara, estaba soñando algo muy bonito- le reclamé mientras me levantaba y entraba al baño.

Ya vestida y lista salimos del dormitorio y fuimos corriendo al salón. Cindy iba agarrada del brazo de Sara porque ella es más lenta para correr.

Cuando entramos a la sala, nos dimos cuenta que el profesor todavía no llegaba.

-Waah! Llegamos a tiempo- dije tirándome en mi silla.

-Menos mal, ya te iba a culpar por nuestra tardanza - dijo Sara.

-Que buena amiga que tengo - le respondí sarcásticamente.

-Gracias, lo considero un cumplido jajajaja - me golpeó el hombro, notando mi sarcasmo.

El profesor se demoró un poco en llegar y eso me dió tiempo para terminar el informe que debíamos entregar a la siguiente hora.

Llegó una nueva compañera, la "carne nueva" /*así le decimos a los nuevos, nadie sabe por qué, pero siempre ha sido así*/, una chica de intercambio desde Australia. Rubia, un poco más alta que yo, ojos verdes y sin ninguna mancha en su rostro /*debe ocupar miles de cremas o capas de maquillaje*/ Se sentó en el puesto vacío a mi lado.

-Hola, soy Lissette- sonrió.

-Hey, soy Joyce- respondí.

El profesor empezó la clase, el día en que salga de este instituto seré feliz, sus clases son aburridas.

Golpeaba el cuaderno con el lápiz al ritmo de la canción que escuché anoche, esperando el momento que tocara el timbre para salir a break.

Salí disparada al casino a penas tocó el timbre /*parecemos animales salvajes cuando se trata de comida, es que venden un alfajor casero muy barato y todos nos peleamos por comprarlo*/. Llegué a la fila, solo cinco personas /*lo hice bastante bien, mejor que otras veces*/, compré tres alfajores, un paquete de galletas surtidas y tres bebidas; los metí en una bolsa plástica y salí.

Al salir me encontré con Cindy y Sara mirando a un grupo de chicos que estaban sentados en una banca afuera del casino.

-¿Qué miran? ¿Es interesante?- pregunté pasando mi mano delante de sus caras, estaban hipnotizadas.

-Ah! Joyce no, no es nada... Ah alcanzaste a comprar los alfajores, eres la mejor- dijo Cindy - Vamos, Sara come- Sara tardó en reaccionar.

-La carne nueva está hablando con esos chicos- dijo Sara al fin.

-¿Y qué tiene? debe socializar- respondí.

-Pero mírala, parece puta- reclamó Sara.

-Es porque a ti te gusta ese chico de ahí, Sara no lo niegues- se burlaba Cindy.

Miré hacia donde señalaban y mi sorpresa al encontrarme con esa sonrisa y esos ojos, se me hacen familiar. NO PUEDE SER...

Mi caballero soñado (BTS JIMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora