Mi caballero soñado (BTS JIMIN)

Capítulo 3. Voces

- Envíala lejos de aquí.
- ¡Tú no eres digna de criar a esta niña!
- Madre, no te lleves a mi hija.
- Dicen que la madre se suicidó.
- La Reina está enferma, ahora ¿Quién reinará?

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Desperté y vi que estaba acostada en una de las camillas de la enfermería. El olor a alcohol etílico y a gasa me indicaban que estaba en lo cierto. Estoy en la enfermería, pero ¿por qué?

- Al fin despertaste, ¿Te sientes mejor? - Escuché una voz femenina.

- ¿Enfermera? - Todavía me sentía un poco confundida.

- Sí, soy yo. - respondió.

La enfermera es una mujer adulta, muy simpática. Su pelo está amarrado en una coleta, pero solo dos mechones se le escapan y caen sobre su frente. Tiene un aura maternal encantador, varios vienen a descansar aquí en los breaks.

Se sentó en la silla al lado de la camilla.

- ¿Cómo estás? Te desmayaste. - dijo mientras anotaba algo en su libreta.

¿Desmayada?, ¿Yo? ... Ahora recordaba las voces en mi cabeza.

- Estoy confundida, ¿Cómo llegué aquí? - pregunté

- Te trajo el profesor. - respondió

No sé por qué imaginaba que iba a ser alguien más. Esto es la vida real, no un fic.

- Ah, ¿Qué hora es? - pregunté, deseando no haberme perdido las clases de la tarde.

- Es tarde, debes volver a los dormitorios, 22:12 para ser exacto.- dijo guardando su celular en el bolsillo del delantal blanco.

- ¿¿¡¡Qué!!?? - grité mientras me levantaba rápido de la camilla. - Gracias, adiós.

Salí corriendo por las escaleras, crucé todo el instituto hasta llegar al casino. Menos mal que no habían cerrado o sino me quedaba sin cena. Tortilla de zanahoria con arroz y ensalada. Puse el empaque en una bolsa y me lo llevé a los dormitorios.

Apenas abrí la puerta, recuerdo que no podía respirar. Cindy y Sara me abrazaban como si no hubiera mañana.

- Chicas, no puedo respirar. Estoy bien - dije casi sin aliento.

- Ah Joyce, lo sentimos. - dijo Cindy alejándose de mi.

- ¿Qué te pasó? De seguro te esfuerzas mucho en estudiar, debes relajarte.- dijo Sara sentándose a los pies de su cama.

- Ni siquiera yo lo sé, es algo extraño.- me rasqué la cabeza.

Cindy se acercó a mi y me entregó su cuaderno con los apuntes del día.

- Gracias, eres una buena amiga.- la abracé

- Bueno, deberíamos acostarnos. Joyce, come y acuéstate. Mañana hay clases temprano. - dijo Sara.

- Sí, madre.- dije dejando la cena y el cuaderno en mi escritorio.

Fui al baño, tanto tiempo en enfermería aguantando, ya no podía más. Fue un alivio enorme.

Después de comer, me lavé los dientes, me puse mi lindo pijama de frutillas y me acosté. El sueño se iba apoderando cada segundo más de mí hasta que cerré por fin los ojos.

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-Bienvenida señorita, pase adelante- dijo el caballero.