Por qué me enamoré de ti{Gemeliers}

Capítulo 10

Subo corriendo las escaleras hasta mi habitación y marco rápidamente el número de Jesús.

-Hola cariño- responde después de tres tonos.

-¡Jesús! ¿A que no sabes qué?- grito emocionada cual niña pequeña.

-Sorpréndeme- ríe.

-¡Estas Navidades me voy a Nueva York!

-Querrás decir vamos- dice divertido.

-¿Qué?

(...)

-¡Mamá!- exclamo feliz entrando en la cocina.

-¿Has hablado con Jesús?- pregunta sonriente.

-Sí, ¿por qué...?

Ella me mira con una sonrisa divertida. De repente caigo en la cuenta.

-¡Tú lo sabías!- río.- ¡Sabías que los gemelos y Marina también vendrían con nosotros a Nueva York! ¡Y Mario también lo sabía!¡Por eso no mostró ninguna expresión cuando nos contásteis lo del viaje!- digo emocionada abrazando a mi madre.- Y cuando estabáis "haciendo unas gestiones", ¡estabáis terminando de planear el viaje!

Mi madre ríe.

-Gracias mamá, en serio. Sabes la ilusión que me hacía ir a Nueva York. Y encima en Navidad... ¡va a ser increíble! ¡Nevará, y podremos hacer muñecos de nieve, e iremos de compras!- sonrío entusiasmada.-¿Qué día volvemos?

-El 2 de enero.

-¿Voy a pasar allí mi cumple?- sonrío.

-De eso se trataba- contesta ella y yo le vuelvo a abrazar, feliz.

(...)

Miro la fecha en mi calendario. 15 de diciembre. Unos días más adelante, está anotado "Nos vamos a New York♥" en letras rojas. Lo escribió Marina. Creo que ella está casi o igual de ilusionada que yo con lo del viaje. Ella ya había ido de pequeña, pero fue hace tanto tiempo que casi ni se acuerda.

Recorro con el dedo el calendario y sonrío. Solo 8 días.

(...)

22 de diciembre de 2015

Hoy es el último día de clase, por lo que me levanto con más energía de lo normal. Una vez he terminado de arreglarme, bajo a la cocina y tras saludar a mi familia, me siento a tomar mi desayuno.

-¿Qué contenta estás hoy, no?- pregunta Mario al verme canturrear.

Yo asiento sonriente.

-¿Os habéis preparado ya las maletas?- pregunta mi padre.

-Más o menos, me falta alguna que otra cosilla que voy a necesitar antes de que nos vayamos, pero lo demás lo he guardado todo- respondo.

-¿Y tú, Mario?- pregunta esta vez mi madre.

Todos dirigimos la mirada hacia él, al ver que no responde. Mi hermano sonríe y niega inocentemente.

-Pues ya estás empezando a hacerla, que nos vamos mañana.

(...)

Estamos en clase de Matemáticas, pero como es el último día, el profesor nos ha dejado hacer lo que queramos, mientras que no molestemos. Marina y yo nos hemos sentado juntas y estamos hablando sobre las tiendas que tenemos que visitar en Nueva York, cuando se acerca un chico de mi clase a decirnos algo.

-Hay unos chicos en el pasillo que quieren hablar con vosotras- sonríe.

Marina y yo asentimos y le damos las gracias. Cuando salimos, nos encontramos a los gemelos. Me acerco a Jesús para darle un beso y les preguntamos que qué querían.