Hay Carlota,
Volviste, pero ya no eras tu.
Tu cabello ya no era castaño claro, tu piel ya no era brillante, tus ojos ya no mostraban aquel majestuoso brillo, ya no usabas tus blusas de manga corta, ni tus prendas de colores vivos, ya no eras la Carlota que había visto en la cafetería la primera vez.
Ya no sonreías, ya no comías, ya no subías al auto de tu ¨novio¨, la ropa de manga larga que usabas a diario comenzaba a asustarme, temía por lo que llevases bajo aquellas largas mangas.
Subías al tejado todas las noches pero ya no hacías lo mismo que antes, ahora te sentabas a la orilla del tejado y mirabas hacia abajo en silencio.
Me preocupaba que saltaras.
Ya no mirabas tu reflejo, solo pasabas de largo sin quitar la mirada del suelo, no sabía quien eras.