Hay Carlota,
Empeorábamos.
Día a día.
Comencé a faltar a clases como tu, le decía a mi madre que asistía, aunque a ella no le importaba.
Bagaba por la ciudad como un fantasma, pues, nadie parecía verme.
Un día vi como saltabas una gran cerca a las afueras de la ciudad, estúpidamente, fui tras de ti.