Hay Carlota,
La vida comenzaba a dejar de tener ese lado bueno que le habías dado, mi perspectiva empeoraba día a día, no veía como salvarte.
Pero, ¿Como iba a salvarte, si yo también necesitaba que me salvaran?
La ironía me golpeaba las mejillas y la realidad cortaba mis muñecas.
No estaba bien.