Emociones

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Han pasado varios dias desde que mis tios, Gemma y Jack han venido a visitarme. Como cada mañana, estoy sentada en el balcón de mi casa, viendo la gente pasar. Es raro, tengo buenas sensaciones en el cuerpo, quizás será porque hoy mamá se ha quedado en casa y no estoy sola físicamente.
Un chico que acaba de entrar en la calle me llama mucho la atención, lleva muchas mochilas colgando. Mis buenas sensaciones aumentan cuando me doy cuenta de que ese chico es mi hermano.
- ¡Rodri!-
Entro en casa como una loca, chillando.
- ¡Mamá ha llegado Rodri!-
No sé si mamá me ha escuchado, pero me da igual, voy corriendo a la puerta y ahí está él.
Me da un beso y un abrazo muy fuerte. No le dejo tranquilo, le estoy explicando mi aventura con la muñeca sin nombre, el pez Luna y la piruleta interminable.
Mamá está diciendo algo, una palabra que no paro de oir, colegio.
- Esta niña tiene que ir ya al colegio mamá, no puede estarse aquí los dias enteros sola como está.-
- Lo sé, pero ahora que no está tu padre yo sola no puedo mantenerlo todo Rodri. Creo que lo mejor es que te busques tu propio hogar. No puedo comprarle los libros de colegio a tu hermana, solo tiene la bata de uniforme.-
- Mira mamá, yo no sé que estás haciendo con el dinero que ganas, trabajas mucho para estar así...-
Ya no quiero escuchar más. Mi hermano acaba de llegar y mamá ya lo hecha. Además, ¿qué es eso del colegio?
- Mamá, ¿qué es el colegio?-
- Es un sitio donde hay más niños y niñas como tu. Allí irás a aprender a escribir, a contar, a leer...también harás amigos y jugaras con ellos.
Me quedo pensando...¿serán demasiados niños? La idea me está aterrando, no suelo jugar con nadie ni hablar con nadie, bueno si a Luna y a la muñeca sin nombre, pero nunca me contestan.
- ¿Y cuándo iré a ese sitio?-
- Mañana, Elaine.-
Llevo un mes en el colegio, me gusta estar allí. He hecho amigos nuevos, casi todo niños y tres niñas. Las niñas van a mi clase, son Lara, Jenifer y Raquel. Yo comparto mesa con Lara. Es muy lista y agradable, como no se me dan muy bien las matemáticas, ella me ayuda a entenderlas. Los niños son, David, Francesco, Isaac y Rashid. Con ellos siempre estoy a la hora del recreo, jugamos a futbol, a cojer mariquitas y también jugamos a ser los personajes de Bola de dragón, la serie de dibujos animados.
Son las 4:30pm, hora de irse a casa. Todos nos despedimos y salimos del aula. Me dirijo a la puerta sin salir del edificio, esperando a mi mamá. Están saliendo muchisimos niños y niñas a la vez, es posible que no esté viendo a mi madre.
Escucho a alguien que dice que son las 5:00pm y que porqué estoy en la puerta todavía.
- Eh niña, ¿no te viene a buscar nadie?-
- Si, tiene que venir mi mamá.-
- En ese caso esperaremos dentro del edificio a que venga, ¿cómo te llamas?-
- Elaine.-
- Bien, yo soy el conserje y me llamo Salvador. Si algun dia te pasa algo aquí dentro, no dudes en avisarme.-
Yo asiento con la cabeza. Estoy confusa, mi madre no ha venido a buscarme y este hombre me lleva de vuelta al colegio otra vez, pero esta vez no hay niños, solo yo.
Estoy sentada en una silla, observando a las personas. Todas están en un mundo distinto cuando trabajan, no hablan ni me miran.
- Elaine, tu madre está aquí.-
Doy un salto de la silla y me dirijo a la puerta con Salvador.
- Hola mamá.-
- Hola, ¿cómo te ha ido el día?-
- Bien.-
- Nos vemos mañana Elaine.- Salvador cierra la puerta y se va al edificio otra vez.
Tengo deberes por hacer, son de lengua. Estoy intentando entender el ejercicio, pero no lo consigo.
- Mamá, ¿puedes ayudarme con esto?-
- Si no lo entiendes le tienes que preguntar al profesor para que te lo explique.- 
- Ya lo he hecho, pero sigo sin resolverlo.-
- Pues mañana se lo vuelves a preguntar y ya está.-
En este momento he comprendido que preguntar cosas que no entiendo en casa, es inutil. Me tengo que espavilar sola.
Estoy contenta porque hoy me toca gimnasia en el colegio. Me gusta hacer deporte. Hoy hacemos fútbol. El profesor, que se llama Tomás, nos ha dado una pelota de espuma a cada uno, para que vayamos practicando con la pelota. Todos estamos muy alborotados y emocionados, yo estoy contenta con mi pelota, además se me da mejor que a otras niñas, pero cuando menos me lo espero, he chutado tan fuerte la pelota hacia arriba, que he roto un foco del techo. Cosa que ha hecho que caigan un montón de cristales encima nuestro. Me he quedado paralizada. No me gusta llamar la atención, y menos para cosas malas.
- ¿Quién ha sido?-
Tomás está gritando muchisimo, me da miedo. Lo veo tan enfadado que me da apuro decir que he sido yo, pero al final me declaro.
- He...he sido yo. Ha sido sin querer.-
- ¡Maldita sea, fuera de esta clase, te vas con tu tutora!-
No puedo evitar ponerme a llorar, lo he hecho sin querer y ese hombre se enfada muy rápido. Me dirijo a mi aula pero mi tutora me para porque ve que estoy llorando.
- Eh, Elaine. ¿Qué ha pasado?-
- Tomás me ha hechado de la clase. He chutado la pelota más fuerte de lo que debería y he roto un foco del gimnasio.-
- Venga, entra a la clase, ahora vendré.-
Estoy sola en mi aula, lloro mucho. Tengo una emoción muy rara en el cuerpo, siento que con un simple foco, he molestado y decepcionado a mucha gente. No deberia de sentirme así, a todos les puede pasar. Están siendo muy exigentes con cada cosa que hago, mi mamá no hace estas cosas. Nadie me dice si algo está bien o mal.
- Elaine, como castigo de Tomás, te vamos a poner a recojer las mesas del comedor durante una semana. Eso quiere decir que tampoco disfrutarás del patio después de comer.-
Lo que me faltava por oir, fué sin querer... . 
El dia pasa, estoy muy muy triste, estoy tan nerviosa que no paro de morderme una uña de la mano. Al final noto un dolor muy fuerte en ese dedo, me he levantado toda la uña y me sangra mucho. Nadie se ha dado cuenta, pero yo no sé que hacer. No quiero ser la protagonista otra vez y no voy a interrumpir la clase. Ya me está sangrando demasiado, así que envuelvo mi dedo con la bata. Hoy tocava la amarilla y cuando me doy cuenta la tengo toda manchada y se ve demasiado la sangre, pero parece que nadie se ha percatado, por suerte. Normalmente dejamos cada dia las batas en los percheros para el día siguiente, pero yo me la he escondido en la mochila sin que la profesora se de cuenta.
Las 4:30pm, suena la alarma y nos vamos. Me dirijo a la puerta del colegio otra vez, intento encontrar a mi madre de nuevo, pero no está. Otra vez estoy ahí con Salvador.
- Parece que tu madre sale tarde del trabajo hoy también.-
- Si...-
- Venga vamos a dentro.-
Durante unos dias esto se convierte en una costumbre, uno de estos dias es hoy.
- Debe comprender que no podemos tener al conserje trabajando media hora de más cada dia.-
- Si lo comprendo. Mi hija no sabe nada de esto, nos mudamos a un piso que está más cerca de mi trabajo, así podré venir en la hora justa.- 
Mi madre ha dicho que nos mudamos, de todas formas, tampoco me siento en mi casa, me siento extraña. Un cambio vendrá bien, espero.

No tengas miedo a mirar atrás. [#Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora