Parte 2: La caida de Polcas

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Ciudadela de la muralla de Polcas
(Reino del Rey Eric) 7 de la tarde

Sonaban las campanas de alarma, una alarma que no había vuelto a sonar desde hacía 200 años. Pero la historia se repite, no?

Los cíclopes entraban por la brecha de la muralla; cada vez entraban más, haciendo que la tranquilidad de aquella ciudadela cámbiese a ser un infierno. El miedo invadía la ciudadela.
La gente para poder sobrevivir tenía que ir hacia el sur y abordar los barcos que había en la playa a dos kilómetros de la ciudadela. Mientras tanto las personas eran perseguidas por los monstruos.

Rodrigo fue al centro de la ciudadela a buscar a su madre. Cuando llegó el centro estaba totalmente destruido debido a que la puerta chocó se estrelló en ese sitio.

Rodrigo no paraba de llamar a su madre, pero sólo se podían oír los escombros cayendo. Rodrigo no paraba de intentarlo; de pronto oyó a su madre. Rodrigo saltando unos escombros la encontró: estaba mal herida tenía medio cuerpo sobresaliendo del edificio derruido. Intentaba salir a rastras pero por alguna razón no lograba salir y presentaba una brecha en la cabeza a demás de numerosos rasguños.

Rodrigo llegó hasta su herida madre.
La madre le dijo con un tono parecido a alguien que se va a morir:
-Rodrigo huye, sal de aquí.
- Mamá que dices... Sal de ahí- añadió Rodrigo entre lágrimas mientras intentaba apartar los escombros que estaban encima de su madre sin tener éxito-.
- No puedo, el edificio ha aplastado mis piernas-decía la madre retorciéndose de dolor.

En ese momento apareció un soldado al que Rodrigo conocía: Se llamaba Pedro de Cait, de la región de Torem, que estaba ahí de maniobras.
Pedro vestía con el uniforme de recluta: un chaleco marrón, unos pantalones viejos de color verde claro y un equipo militar sencillo: la mochila de propulsión y una espada sencilla.

Pedro se acercó a la madre y al hijo.
Apartó a Rodrigo de los escombros y se puso a intentarlo él mismo.

-Esto pesa demasiado, no puedo apartarlo- añadió Pedro con un tono que mostraba su esfuerzo en liberar a la madre de Rodrigo.

Llegó un momento de que paró de intentarlo. En ese momento se acercaba un cíclope que dijo con una voz fuerte y burlesca:
-Os he visto-.

Eso hizo que a Pedro se le reflejara  el miedo en la cara.
En ese momento Pedro cogió a Rodrigo y  poniéndoselo en el hombro abandonó a la madre y huyó al sur dirección a la playa.
La madre dijo con un tono de satisfacción:
-Gracias-
Rodrigo no paraba de pegar a Pedro: quería liberarse de él para poder ayudar a su madre.
El cíclope llegó al sitio donde estaba la madre de Rodrigo, apartó los escombros con mucha facilidad y con su mano cogió a la madre, acercó a la mujer hasta su boca.
La madre gritó al horrible monstruo:
- Acaba ya!!-
Y el cíclope se la lanzó a su boca tragándosela de un bocado.
Rodrigo en ese momento cayó en sock como si no creyera lo que había visto.
Pasado el tiempo Pedro y Rodrigo llegaron a la playa que había un montón de soldados embarcando en los barcos.
En ese momento una mujer se acercó a ellos. Se llamaba Laila: era rubia, con ojos azules y vestía con el uniforme de recluta mucho más limpio que el de Pedro.
-Has conseguido salvar a uno, eh Pedro?- dijo la mujer con un tono cansado.
- Toma llévatelo a un lugar seguro, yo no puedo encargarme de él- añadió Pedro de forma seria.
Lenia hizo un gesto de aceptación y se llevó a Rodrigo hacia un barco.
En ese momento Pedro dijo a Lenia con cierta preocupación: -Ten cuidado-
Pedro se dio la vuelta y desde lejos se veía la muralla cayendo en pedazos. La muralla de Polcas había caído.

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