PEDRO-1

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Poco después del incidente con Saft, oficial de la Muralla Vieja, a Pedro no paraba de dolerle la espalda, tanto que no podía estirarla del todo.

Pedro pidió a Jorge que le acompañara a la enfermería, éste asintió y los dos amigos dejaron el grupo y se fueron hacia allí. Con cada paso que daba Pedro le dolía más la espalda, hasta tal punto que tenía que ser arrastrado por Jorge. La gente no paraba de observar y reír, lo que hacía que Pedro sintiese tanta vergüenza que ya no quería la ayuda de Jorge.

-Jorge... Suéltame- dijo Pedro con una voz entrecortada por el dolor-
-¿Estas de coña?- contestó Jorge sorprendido-.

No paraban de discutir, parecía que los amigos habían pasado a ser enemigos.
Pedro le propinaba codazos en el costado a Jorge para que le dejara ir solo, pero éste no le hacía ni el menor caso. En ese momento apareció, para desgracia de Pedro, Saft. Miró a los dos reclutas, se acercó a ellos y les preguntó secamente:

-¿Que cojones esta pasando aqui?-

-Que por su culpa, mi amigo está jodido de la espalda señor- replicó Jorge.

El oficial permaneció en silencio, se acercó a los dos reclutas y dijo a Jorge que fuera a los establos a dar paja a los caballos y que él se encargaría de Pedro, de llevarle a la enfermería. Mientras caminaban, los reclutas dejaron de reírse y evitaban mirar en su dirección, lo que hizo que Pedro se relajara.

Cuando llegaron a la enfermería Saft se encargó de que Pedro fuese el primero en ser atendido. El médico dijo que sólo era una contusión muscular y entonces comenzó a darle un masaje en la espalda para aliviar el dolor. Mientras tanto, Saft se aproximó a Pedro y le dijo con una voz tranquila:

-¿tu eres el jefe de la patrulla?

- Sí- dijo Pedro con una voz entrecortada-.

-Entonces no debes permitir que tus amigos no cumplan tus ordenes- añadió el oficial serio

-señor... en mi patrulla preferimos guiarnos por la locura colectiva y no por la de un único loco- dijo Pedro riendo-

-Ya verás que no funcionará. Bueno, cuando quieras ser un verdadero soldado y sacar la cabeza del culo, tienes un sitio en la muralla vieja y en la patrulla de los cinco mil soldados-dijo Saft enfadado-

-Pues espere sentado- dijo Pedro con un tono burlesco-.

Saft frunció el ceño y abandonó la estancia. El médico terminó con el masaje y le dio una pomada para el dolor.

Pedro estaba listo para la expedición de mañana.

    


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