Los rayos del amanecer se colaban por la ventana del barracón de los cuatro amigos lo que hizo que se levantaran y vistieran rápido. Cuando terminaron se dirigieron al arsenal para coger las armas;
las armas de Juan eran: un tridente delgado de madera con las púas de metal, un machete de metro y medio con su nombre grabado y una ballesta automática de madera capaz de tirar setenta flechas por minuto; Pedro tenía dos cuchillos curvados, una pistola lanza bengalas para comunicarse con sus amigos en caso de operaciones dispersas, una espada que cumplía con la función de una sierra debido a que tenía la misma forma dentada con los principios del ejercito de Torem grabados en ella: "disciplina, honor, entrega y grandeza"; Jorge poseía un arco de madera de roble, un tridente de metal que él mismo hizo y una espada de un metro a la que llamaba "Sombra"; las de Rodrigo eran un tridente que se podía lanzar, una lanza con una punta en cada extremo y una espada larga.Acto seguido los cuatro se dirigieron a los establos para coger sus respectivos caballos:
El caballo de Juan era un pura sangre marrón al que llamaba Lozano, el de Rodrigo era un frisón negro llamado Breco. Jorge tenía un mustang amarillo: Tritón y el de Pedro era otro pura sangre tordo que respondía al nombre de Greco.Se dirigieron a la puerta del campamento de instrucción donde estaba de nuevo Saft que poseía una serie de pergaminos, parecía que les estaba esperando. Cuando estaban lo suficientemente cerca del oficial éste resopló y entregó los pergaminos a Pedro y le dijo que eran los permisos para poder traspasar las murallas y que también estaba el contrato para entrar en la patrulla de los cinco mil. Acto seguido Pedro se quedo sin habla y le comunicó que ya había rechazado esa oferta. Saft sonriendo con ironía le dijo que ahora se trataba de una orden directa y por lo tanto su opinión no valía para nada. Tras esto, los amigos supieron que después de la misión su amistad ya no volvería a ser igual y que quizá no volverían a verse.
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KOLK
AdventureEn este mundo sólo hay muerte y dolor. Los cíclopes, monstruos de más de 30 metros cuyo único fin es devorar y exterminar a la humanidad, hacen que la población se encierre dentro de poderosas y gigantescas murallas que lo único que provocan es impa...