3. Where the Story Ends

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11 de Noviembre

Derek

Hoy se suponía, sería su primera reunión con el grupo en recuperación. Otra estupidez que tenía que soportar. Al parecer no bastaba con haber estado retenido en el hospital, que su ex-novia llorara como una Magdalena, ó que su hermano mayor lo regañara. Sí, no debía haber manejado borracho. Pero ellos no tenían derecho a tratarlo como a un maldito adicto. Con suerte había estado bebiendo cinco veces desde que tuvo la edad para hacerlo, y sólo consumió algún tipo de droga dos veces.

Él no debería estar aquí.

Ya había tenido bastante mierda en su camino. ¿Por qué no simplemente lo dejaban morirse en paz?

-Derek- anunció la psicóloga frente a él. Estaban todos los miserables reunidos en un aburrido círculo contando sus problemas. ¡Já! Como si a él le importara -¿Quieres contarnos por qué estas aquí?

No.

Derek carraspeó un poco.

Estaban todos expectantes, mirándolo a él.

-Creo... creo que hoy paso.

.

-¡Tío!- gritaron desde el otro lado del cuarto. Un niño de cabello castaño corria lo más rápido que daban sus pequeñas piernas de fideos. Derek sonrió y abrió sus brazos. El niño cayó en sus brazos y él lo levantó.

-¿Cómo estás, campeón?- dijo él.

Su hermano, Frederick caminó hasta él junto a su esposa, Bethany.

-No puedo creer que esteas en este lugar- dijo Frederick, sentándose junto a él en la terraza del hospital. Bethany y su hijo estaban en el patio trasero jugando a las escondidas.

-Y yo no puedo creer que Penny me dejara- murmuró Derek.

Frederick soltó un bufido.

-Ella no importa- dijo él-. Me importas tú, ¿cómo has estado?

-Bien... creo- luego soltó una risa-. Este lugar apesta.

-Es esto o un año en la cárcel- dijo su hermano-. Tú eliges.

Derek sonrió.

-Creo que lo disfrutaría- dijo él-. Ya sabes, porque no hay gente queriendo meterse en tu vida allí...

Uno de los tantos psicólogos que habían allí, los quedó mirando con el ceño fruncido y luego se marchó. Ambos rieron.

Luego Frederick se puso serio.

-Prométeme, no, juralo, que no volverás a intentar suicidarte...

-Yo no...- Derek replicó.

-Juramelo.

-De acuerdo- dijo él-. Lo juro.

-Bien.

-Pero sabes que yo nunca cumplo mis promesas- dicho esto; se levanto y caminó hasta la salida.

.

Eran exactamente las 1:56am cuando escuchó unos pasos rápidos en su pasillo. Las luces exteriores aún estaban encendidas, pero su habitación estaba a oscuras. Su compañero de cuarto dormía profundamente, o al menos eso lo decían sus ronquidos. Él no podía dormir. Su mente seguía divagando sobre aquella mañana donde casi muere. Se sintió tan cerca de la muerte, se sintió tan bien...

Otros pasos cerca de su pasillo, pero esta vez eran más.

Se levantó lentamente y sacó las llaves de la puerta, se acercó y la abrió con sigilo. Sacó su cabeza. Nada.... El lugar estaba vacío. Salió completamente y comenzó a caminar con los pies descalzos. El pasillo daba a un camino bastante largo y angosto. A medida que avanzaba, podía estar seguro de que había una presencia allí. Se detuvo frente a las escaleras. Unos pasos se acercaban hasta él. Derek se escondió detrás de una cabina telefónica. Una chica salió de la oscuridad y corrió hacia el otro extremo, pero unos doctores corrieron hasta ella. La detuvieron y cayeron al suelo junto a ella. La chica luchaba contra ellos, y Derek no podía creer lo que estaba viendo. Esa chica parecía estar poseída. Sus ojos se encontraban rojos. No la podían sujetar lo suficientemente fuerte, así que uno de ellos levantó una jeringa que llevaba en la mano y la introdujo rápidamente en el brazo derecho de la paciente. Ella gritó. Sus ojos se conectaron con los de ella durante el proceso que le tomaba la droga hacer su efecto.

Derek no podía apartar sus ojos de ella.

Aquella chica cerró sus ojos lentamente, hasta que todo su cuerpo se detuvo y uno de los doctores la cargó en brazos. Se la llevaron bajo las escaleras y Derek ya no pudo ver más.

Dios, pensó, ¿qué diablos fue eso?

Regresó a su habitación perturbado.

Sabía que aquello era un hospital psiquiátrico, pero eso realmente lo tomó por sorpresa.

¿Los pacientes podían escapar y cruzar los límites de zona hacia las personas que no estaban en esas condiciones?

Derek no lo sabía.

Lo más raro fue, que los ojos de aquella chica le estaban suplicando. Y sabía lo que era. Fue como verse a sí mismo por fuera. Todo en su ser rogaba ser redimido, toda su mente rogaba ser liberada, y todo su corazón rogaba parar.

-Hermano, no es de mi incumbencia- dijo su compañero de cuarto, que al parecer sí estaba despierto-, pero si te llegarán a atrapar, te van a tener al filo.

Derek lo ignoró por completo.

Se arropó en las sábanas y quedó mirando la oscuridad.

Él tenía que salir de allí, o se volvería loco. Estaba seguro.

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Por si no se dieron cuenta, los títulos de los cap son títulos de canciones. Esta es de The Fray, una de mis bandas favoritas.

Y también le cambié la edad a Derek ( pero aun asi sigue siendo mayor), por si no lo notaron.

Cambio y fuera.

Corazones RetorcidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora