2. A Place in this World

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8 de Noviembre

Shadow

Los golpes habían cesado, pero aún sentía los duros latigazos contra la piel de su espalda. Gran parte de su vestido había sido desgarrado por la brutalidad de los golpes. El silencio era interrumpido por sus sollozos.

Tembló contra el frío suelo.

Abrió los ojos cuando ya no escuchó nada. Su padre no estaba allí, y la puerta estaba semi abierta. Se levantó lentamente, soltando algún gemido ahogado por su propia mano contra su boca, y se dirigió hacia la puerta, apoyándose contra la pared.

Su vecina, Molly, que estaba regando sus plantas en ese momento, corrió hacia ella cuando la vió. Sus ojos estaban abiertos de par en par y dijo algunas cosas que Shadow no podía escuchar. Cuando Molly llegó hasta ella, las piernas de Shadow se debilitaron y cayó justo en sus brazos, perdiendo la conciencia.

.

-¿Qué quieres que haga?- escuchó a Molly preguntar por teléfono-. Sí, sí, lo sé. Pero es una niña...

Shadow abrió sus ojos.

Molly la miró, y luego le susurró algo al celular y lo alejó de su oreja. Le dió una cálida sonrisa.

-Cariño, despertaste- anunció ella.

Shadow no sentía siquiera las fuerzas suficientes para sonreír.
Estaba acostada en el sofá de Molly, y se sentó lentamente.

-¿Me puedes decir qué te sucedió en la espalda?- preguntó Molly-. Fue tu padre, ¿verdad?

Shadow comenzó a temblar furiosamente.

-Está bien, tranquila- dijo Molly, acariciandole el cabello-. No sé lo diré a nadie....

Ella entrecerró los ojos.

-Él estaba enojado...- murmuró Shadow, evitando su mirada-, no sabía lo que hacía.

Vió los ojos de la mujer vacilar y luego parpadear repetidas veces.

-Está bien- se levantó-. ¿Quieres comer algo ó...?

-¿Puedo tomar una ducha?- murmuró otra vez.

Molly asintió con la cabeza. Le llevó algunas ropas de su casa y la ayudó a subir las escaleras hasta llegar al baño.

-¿Vas a estar bien?- Shadow asintió y cerró la puerta, lentamente.

Se desprendió de su vestido.
Ella sabía que Molly tarde o temprano actuaría en su contra, Molly no estaba acostumbrada a verla de ese modo, pero lo empeoraría todo si intentaba ayudar.
Abrió el grifo. Agua cálida se derramó sobre ella, y quemó sus heridas. Por un momento dejó de respirar de lo doloroso que resultaba, pero ella había desobedecido a su padre y él le había recalcado que esas eran las consecuencias.
Se quedó allí hasta que el agua se congeló, y salió envuelta en toallas. El baño tenía un espejo. Shadow se acercó a él y descubrió la toalla en sus hombros. No podía ver más allá, pero sí los moratones que habían ocasionado su falta de fuerzas para caminar. Su cuerpo era un mapa cubierto de heridas recientes y antiguas. Shadow no podía evitar romper algunas de las reglas de su padre cuñado realmente no sabía cuáles eran.
Cuando se halló cambiada, caminó por el enorme pasillo hasta la habitación que estaba abierta y con la luz encendida.
Molly estaba a sus espaldas tomándose una píldora blanca y luego agua, y entonces vió a Shadow a través del espejo.

-Cariño, ¿ya has acabado?

Ella asintió. Curiosa por los frascos de pastillas en la mesita de luz. Juraba que estaban todos los colores ahí. Molly sonrió.

-Me las recetó el médico- dijo, mirando en su dirección.

.

9 de Noviembre

Luego de que Molly insistiese en que durmiera en su casa, cenaron y se fueron a dormir. Pero luego Molly quiso verificar sus heridas, cosa que Shadow no quiso.

Ya habían pasado las tres de la madrugada y Shadow no lograba sentir deseos de dormir. Todavía tenía la sensación de que su padre regresaría por ella.
Sentía que la situación se volvería a repetir, como cuando le encontró la carta que Dylan, su enamorado de la escuela le había enviado, debajo de su cama.

Se sentía pérdida.

¿Y ahora qué? ¿Qué seguiría?
¿Fingiria que no pasó nada y volvería a su casa? ¿Su padre la arrastraria hasta allí?

Ella sin dudas no quería volver, pero su miedo era mucho más fuerte que su fuerza de voluntad.

Cerró los ojos otra vez.

Nada...

Sólo quería hundirse entre esas cálidas sábanas y desaparecer, para siempre. ¿Eso era mucho pedir?...

Se levantó de la cama cuando las luces de un auto golpearon su ventana. Su estómago se contrajo. Esperó con los ojos bien abiertos. La luz seguía iluminando su interior. Luego escuchó una voz maldecir, su padre. Y entonces quería escapar. Estaba asustada, por ella y por Molly durmiendo en el sofá escaleras abajo.

Su padre empezó a gritar su nombre, una y otra vez, una y otra vez, hasta que Shadow escuchó que Molly estaba hablando por teléfono nuevamente. Quizás a la policía.

Shadow se levantó en medio de la oscuridad y abrió el cajón en la mesita de luz. Allí estaban las pastillas de multicolor. Las leyó una por una, cuidadosamente, tomó la blanca y se dirigió hacia el baño y se encerró allí.

Somnifero: decía en la traducción inglesa.

Lo abrió.

Y sacó todas las pastillas que cabían entre su mano derecha.

Luego las tomó, una por una.

Su padre estaba afuera, llamando su nombre salvajemente en las calles.

Y ella se dejó caer en el suelo.

Él seguía gritando....

Corazones RetorcidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora