6. Losing Myself

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17 de Noviembre

Shadow

Cada mañana, a las siete y treinta, le pasaban el desayuno por debajo de la puerta. Al igual que el almuerzo, a las doce y treinta de la tarde. Una taza de leche a las seis de la tarde. Y la cena, a las ocho de la noche.

Cuando en las noches Shadow tenía pesadillas, los enfermeros entraban y le inyectaban somniferos.

Ella podía verificar que casi siempre las piernas le fallaban. Y llevaba la misma camiseta desde el primer día que la encerraron allí.

Casi creía que estaba muerta.

¿Qué clase de terapia psicológica era esa?

¿Y Molly? ¿Dónde estuvo Molly todo este tiempo?

Shadow ni siquiera podía ver la luz del sol.... o la luz de la luna.

.

Esa noche había despertado con un terrible dolor en el pecho. Una alarma gritaba estrepitosamente desde los pasillos. Y una capa de humo se estaba instalando en esa habitación. Desesperadamente, aún sin poder respirar del todo bien, Shadow corrió hacia la puerta. Afuera algo brillaba con gran intensidad... fuego.

Shadow comenzó a gritar por ayuda. Gritaba tan fuerte que sus pulmones se estaban quemando en vida. Pero al parecer nadie la escuchaba. Sólo podía oír a personas chillando y corriendo de un lado a otro.

Se sentía abandonada.

Y aterrada.

Entonces... una sombra se posicionó detrás de la puerta.

-¿Hola?- dijo-. ¿Hay alguien aquí adentro?

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Toc toc

¿Quién es?

Toc toc

¿¡que quién es!?

Toc toc

Ahh vete al diablo.

Okay!

Como sea.

Nos leemos luego!

Corazones RetorcidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora