Capítulo 19

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Observé con temor toda mi habitación, esto ya se está saliendo de control. Me dirigí hacia mi ventana para asegurarme de que estuviese bien cerrada, y así era, estaba bien cerrada, nadie pudo haber entrado por ahí. Volví a leer la carta para tratar de reconocer de quién era la letra, pero es muy difícil saber a qué persona pertenece, es una caligrafía muy común y puede pertenecer a más de una persona.

"Se te ve muy bien esa camisa escotada que tienes puesta, nena" —era lo que tenía escrito la hoja.

Hoy sin duda no duermo en mi habitación, no podría descansar pensando en esto.

Me metí a mi baño con mi pijama en las manos y me enfundé en ella. Cuando terminé de hacerlo y salí del baño, me dirigí a la habitación de mi hermano y toqué su puerta una vez.

—Sehun... —lo llamé tocando nuevamente la puerta— Sehun...

—¿Qué ocurre? —se escuchó desde adentro.

—¿Te desperté? —le pregunté pegando mi cachete a la madera de la puerta.

—No, un momento —escuché como su cama hizo un ruido nulo y luego se escucharon unos pies descalzos caminar hacia la puerta, se había levantado—. ¿Todo bien? —me preguntó bostezando cuando me atendió.

—No... Encontré esto en mi habitación —le contesté entregándole la nota que había encontrado hace unos momentos en mi recámara. Él la tomó y la leyó mientras que con su puño izquierdo golpeaba levemente sus labios.

—¿Tu cuarto está bien cerrado?

—Ahora lo está. Sehun... No quiero dormir sola, tengo ¿miedo? Mejor dicho, no estoy tranquila. ¿Puedo dormir contigo?

—Ohm, está bien, pasa —abrió más su puerta dejándome entrar a su espacio personal.

—Pido el lado izquierdo —le advertí brincando a su cama y acomodándome en el lado que pedí.

—No parece que tú fueras la mayor —me molestó—. No me queda de otra más que dormir en el lado derecho —se quejó acostándose en el lado restante—. Buenas noches, miedosa —reí por cómo me había dado las buenas noches, pero aún así, le golpeé las costillas con mi codo.

Él apagó su lámpara de mesa y se tapó con las cobijas, dejándome a mí, con únicamente la sabana.

—Buenas noches —me acomodé mejor en la cama y le arrebaté parte de las cobijas; lo escuché a él reír y después se escuchó silencio.

No tuve que esperar absolutamente nada para encontrar el sueño, él me venció bastante rápido.

✗✗✗✗✗✗

Desperté por unos ruidos provenientes en la habitación y no pude dormir más. Me estiré, tallé mis ojos con mis manos y miré hacia todos lados. No estaba en mi habitación.

—Hola —me saludó mi hermano—. Aún es temprano, puedes seguir durmiendo.

—Hola, ¿qué hora es? —bostecé. No recordaba que anoche había venido a dormir aquí.

—Las ocho en punto.

—¿A eso llamas temprano? —le pregunté incorporándome lentamente en la cama mientras trataba de peinar mi cabello con mis dedos—. Me iré a arreglar.

—¿Quieres que te acompañe a tu trabajo? —me preguntó Sehun peinándose frente a su espejo de cuerpo completo.

—Te lo agradezco Sehun, pero tú tienes que ir a la universidad y no quiero que llegues tarde.

—¿Tú estarás bien? —me preguntó con un poco de preocupación.

—Sí hermano, tranquilo. Estaré pendiente en todo momento de que mi acosador no me sorprenda.

—De acuerdo. Llámame si pasa algo.

—Sí, gracias Sehunnie —sonreí y salí de su habitación.

Estando en mi habitación me arreglé con mi estilo favorito y natural de todos los días. Pantalón negro, camisa color caqui y unas zapatillas. Salí de mi habitación y bajé directamente al primer piso, tomé mis cosas y salí del departamento. Cómo todo los días, tuve que tomar un taxi para que me llevara hasta la entrada de mi trabajo.

—¡Hey, Janet! —me saludó Sohee apenas entré al hospital.

—Hola, Sohee —sonreí amablemente.

—Oye... —se dirigió hacia mí corriendo— Vamos a cenar hoy a La Seine —propuso emocionada—. Escuché que ese restaurant es muy bueno.

—Por supuesto, cuenta conmigo —le sonreí—. Nos vemos allá a las ocho.

—De acuerdo. Llega temprano, no te vayas a entretener aquí —sonrío de manera conspiradora.

—¿Entretener? Oye... —iba a decir algo más pero fui interrumpida por una voz femenina.

—Hola, Janet —me giré para ver a la persona que me hablaba. Esta me sonreía amablemente.

—Hola —la miré con confusión—. ¿En qué puedo ayudarle?

—¿No me recuerdas? —frunció su ceño.

—No... ¿Quién eres? —le pregunté de manera descortés. Y la verdad era porque estaba nerviosa, ¿cómo es que me conocía?

—Solíamos ser amigas —me sonrió—. Pero a lo que venía, ¿podrías decirme en qué piso esta la habitación número 57?

—Sí, se encuentra en el tercer piso —le sonreí—. ¿Eres su novia? —pregunté borrando mi sonrisa, ella soltó una carcajada.

—No, querida —rió—. Gracias, hasta luego.

La miré alejarse y entrar al elevador. ¿En dónde había visto a esa chica? Se me hace muy familiar.

—Janet... —me llamó otra persona. Lo miré y este sonrío al verme mientras corría hacia mí—. Quería preguntarte algo.

—Adelante Jordan, pregunta —sonreí.

—¿Harás algo esta noche?

—Uhm sí, tengo planes para esta noche.

—Ya veo —hizo una sonrisa falsa—. ¿Una cita? —reí por su pregunta.

—No, nada de eso. Iré a cenar esta noche con Sohee —sonreí.

—Genial, diviértanse —sonrío.

—Gracias —le sonreí de vuelta y me despedí.

Me dirigí hasta un elevador y entré en él, oprimí el botón del tercer piso y esperé a que este comenzara a ascender. Cuando llegué hasta el tercer piso me dirigí hacia la habitación de Chanyeol, estando frente a esta estuve a punto de abrir la puerta y entrar, pero me detuve, adentro se escuchaban risas por parte de Chanyeol y de la chica que había venido a visitarlo.

¿Quién es el asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora