Capítulo 4.

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Luego de esa llamada me senté a esperar por mi amigo. El cual para mi beneficio, ya en unos minutos estaba aquí.

-¿Qué ha pasado?- Pronunciaba mientras se acercaba hacía donde me encontraba.

-No tienes ni la más mínima idea de lo que ha sucedido. ¿Sabes quién es Kathe?- Salté a preguntarle.

-Si claro. Ella es la que estudia en el instituto, ¿no?

-Si.

-¿Qué ha pasado con ella?

-Bueno, esta tarde ha tenido un accidente por mi culpa.

-¿Qué? ¿Cómo sucedió?

Me concentré en recordar lo ocurrido anteriormente, y le conté todo a mi amigo. No la versión que todos creían, si no lo que en realidad había sucedido.

-¿Y ya le avisaste a sus padres?- Preguntaba el. Sorprendido por lo que había pasado.

-Si. Ya ellos están aquí, son aquellos de allá.- Respondí refiriéndome a la pareja que se encontraba en la sala de al frente.

Estuvimos hablando un rato más hasta que recibió una llamada, por lo que tuvo que retirarse. Al menos ya alguien sabía lo que en realidad había sucedido, y me había brindado su apoyo.

Unos minutos después, los padres de Kathe se acercaron a mi.

-Muchacho. Si deseas, puedes ir a tu casa a descansar.-Pronunció el padre de Kathe.

-No tranquilo. Al contrario. Sí ustedes quieren pueden ir a casa, yo me quedaré aquí.

Ya que los hermanos de Kathe se encontraban solos en su casa, sus padres aceptaron mi ofrecimiento. Y en cuestión de minutos ya estaban saliendo de la clinica. Me habían dicho que regresarían en un rato.

Y así pasó aproximadamente una hora, cuando el doctor que atendía a Kathe me llamó para informarme que la habían sacado de terapia intensiva, por lo que ya estaba en una habitación.

Subí a esta y me senté a observarla en el mueble que estaba a su lado. Se veía tan frágil. Tanto,que parecía una muñeca de porcelana.

Así pasé un largo tiempo, hasta que escuché la puerta sonar.

-Adelante.- Pronuncié mientras seguía perdido en mis pensamientos.

Eran dos chicas las que estaban tocando, creo que las he visto en el instituto, se me hacen muy conocidas.

Su expresión al verme fue muy extraña, y se susurraron algo al oído.

-Hola, ¿ustedes son?..- Pregunté mientras me colocaba de pié.

-Somos amigas de Khate.- Respondió una de ellas.

Les conté que la habían atropellado, y al sentirme incómodo ante dicha situación decidí salir de la habitación un momento.

Me dirige hacía la sala de espera, y tomé asiento en uno de esos grandes y cómodos muebles. Aproveché este tiempo para dormir un rato.

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Al despertarme tomé mi móvil para ver la hora. Ya era tarde. Así que me dirige hacía la habitación de Kathe, con el fin de ver si sus amigas se habían marchado.

Al abrir la puerta me percaté de que seguían allí. Entré al cuarto, y enseguida casualmente tocaba la puerta una enfermera informando que ya se había acabado la hora de visitas. ¿Y ahora que haría? Los padres que Kathe no habían llegado, y por lo visto sus amigas no tenían intensiones de quedarse allí. Sólo estaba seguro de una cosa, y era que no la dejaría sola.

-¿Quién será el acompañante?- Preguntó la enfermera.

-Yo tengo que regresar a casa, mi mamá me está esperando.- Respondió una de ellas.

-Yo tampoco puedo, ya me vinieron a recoger.- Decía la chica de ojos cafés, amiga de Kathe.

-Yo me quedaré.- Respondí mientras miraba a Kathe.

Al decir esto las dos chicas abrieron los ojos como plato, literalmente. Y extrañamente una de ellas giró su rostro mientras reía silenciosamente.

En fin, no le tomé importancia. Se despidieron y salió una de ellas, mientras que la otra se quedó en la puerta observando a Kathe.

-En estos casos, dicen que hablándole a la persona pueden despertar. Intentalo, tal vez al saber quien eres tenga alguna reacción.- Dijo concentrada mientras miraba a su amiga.

En ese momento dirigió su mirada hacía mi, y se fue.

¿Qué había querido decir ella con "Intentalo, tal vez al saber quien eres tenga alguna reacción".

En fin, las chicas se fueron. Y pasaron aproximadamente unos diez minutos, en eso sonó el teléfono de la habitación. Era el padre de Kathe. Me estaba pidiendo que me quedara esta noche con ella, ya que no encontraron con quien dejar a sus hijos. Y no podía dejar a su esposa sola, ya que estaba muy alterada por lo ocurrido.

Al colgar la llamada, salí a comprarme algo para cenar en el cafetín que quedaba ahí mismo en la clínica. Al regresar, me acerqué a Kathe con el fin de saber como se encontraba.

Lo único que podía hacer era observarla, y aproveché este tiempo para detallar detenidamente cada parte de su rostro.

Derrepente se me vino a mi mente la frase de su amiga, ¿será verdad? Es decir, he escuchado hablar de eso, pero hasta donde sé eso sólo sucede cuando la persona que habla es importante para el que se encuentra en este estado. Y yo en realidad casi no hablo con Kathe. Luego de pensar unos minutos decidí poner en práctica la idea de su amiga.

-Se que todo mejorará, tu vas a estar mejor, te lo prometo.- Pronuncié mientras tomaba su mano.

Intento fallido, pensaba mientras seguía observándola. Sólo yo pude pensar que eso de hablarle podría llegar a funcionar.

En ese momento pude sentir como una leve fuerza apretaba uno de mis dedos. Y al estar tan concentrado en lo que acababa de ocurrir reaccioné tarde bajando la mirada hacía mi mano. ¿Era posible lo que estaba viendo? ella me estaba dando un apretón.

Inmediatamente me coloqué de pié y salí de la habitación, tenía que llamar al doctor, tenía que contarle lo que había sucedido.

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Holaa. Sé que tardé un poco en subir este capítulo. Y lo que pasó es que no había tenido tiempo de terminarlo, entre tantas cosas que tengo que hacer. Pero en fin, aquí está, trataré de subir otro esta semana. Espero que les haya gustado. Gracias por leer y votar. Nuevamente les pido que voten y comenten:*

Un amor entre dos mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora