Capítulo 8: Días casi perfectos.

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Después de ese incidente en el que salimos huyendo, Tōdō se fue muy rápido a su casa y no fui capaz de preguntarle algo.

"¿Qué fue lo que pasó con esa actitud?"

Como sea, le agradezco, ya que me sacó del aprieto de toparme con Ijuuin-sensei. Realmente no deseaba verlo, no después de lo último que pasó entre nosotros.

Tras verlo irse, me fui muy rápido a casa, no quería volver a toparme al mangaka y menos estando solo. Al entrar a ella, estaba Usagi-san sentado en el sillón de la sala.

-Ah, Estoy en casa -avisé y Usagi-san dirigió su mirada a mi.

-Bienvenido -contestó y siguió leyendo un libro que tenía en manos. Lo empecé a analizar y estaba muy bien vestido, con un traje oscuro. Parecía tener alguna junta o algo así.

-¿Vas a salir? -pregunté.

-Sí -contestó dejando de lado el libro entre sus manos.

-¿Eh? ¿Cuándo? o ¿con quién?

-En este mismo momento y por supuesto que contigo; te estaba esperando.

-¿Eh? ¿Por qué? -repliqué un poco extrañado tras esa invitación.

Se levantó del sillon y fue hacía donde me encontraba. Su brazo rodeó mi cabeza.

-Tonto, es obvio, había estado muy ocupado con mi trabajo y casi no tenía tiempo para ti, así que pensé en una cita para recompensar todo el tiempo perdido ¿qué te parece?

"Qué se preocupe por mi y hasta piense en tener citas conmigo es muy lindo de su parte. Pero... ¿eso sería correcto?"

-Está bien... -acepté, pero de igual manera estaba preocupado. Realmente no sé si eso esté bien.

-Entonces vamonos.

Usagi-san se veía muy feliz. No quería que su estado de ánimo se viera oscurecido por rechazarlo. Quizá fue lo mejor.

"Yo también estoy feliz".

¡Hicimos tantas cosas juntos! Tuvimos una cena deliciosa en un restaurante muy elegante, al principio me sentí incómodo por el ambiente pero me di cuenta de algo, si Usagi-san esta a mi lado todos esos problemas insignificantes se desaparecen en segundos.

Después fuimos de compras, como siempre Usagi-san compra cosas a gran escala y sigue derrochando dinero. Por más que lo regañe sigue haciendo lo mismo.

Usagi-san quería seguir haciendo cosas pero ya era muy tarde aun así hizo una propuesta que no pude rechazar.

-Regresaremos después de ir a caminar a la playa ¿Qué te parece?

-Esta bien, pero sólo eso, Usagi-san -lo sentencié. Si por él fuera seguiríamos paseando, pero ya era casi de noche.

Llegamos a la playa y mientras tomábamos un largo paseo hablábamos de muchas cosas, las estrellas iluminaban el cielo.

"¡Se veían tan hermosas!"

Nos brindaban un escenario único, sólo para nosotros pues para nuestra suerte no había nadie. Ambos estábamos felices, incluso yo me sentía de la misma forma. Parecía que había pasado tanto desde la ultima vez que sonreí de felicidad, no falsamente.

Obsesión.  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora