CAPÍTULO 17

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RUBÉN P.O.V.

Me han dicho que no me preocupe, así que no lo hago.

Mentira. Los nervios y el remordimiento de haberla dejado allí me comen por dentro.

Hace ya una hora que he dejado en el hospital, bajo la promesa del doctor que me llamaría si algo malo pasaba y que ella estaba bien. Me he tenido que ir, mi avión sale en media hora y queríamos llegar con tiempo.

No he hablado ni con Mangel ni con Cheeto. De hecho, ni los he mirado. Y ellos no lo ponen muy difícil, por ahora. 

Mangel tiene un morado enorme en la cara, y en mi mano hay pequeñas heridas en la parte con la que le he pegado.

No me arrepiento.

-Y cuanto tiempo lo vas a estar evitando?

Alex se sienta a mi lado. Ah, si. Estoy sentado en el suelo.

-Y cuanto tiempo va a seguir siendo idiota?

-Eso es para toda la vida, me temo.

Frank se sienta a mi otro lado, y el pequeño le mira mal.

-Rubius, tienes que entenderlo, vale? Imagina que fuera al revés..

-¡Es que no ha ni hablado conmigo! ¡Podría haber hecho eso, al menos, antes de ir e intentar matarla, joder!

Silencio. La gente nos mira, he gritado más de lo que pensaba.

Les devuelvo la mirada a los curiosos, haciendo que se vuelvan a girar. 

Y, al último que miro es al que más me arrepiento de haber visto.

Mangel me mira des de la distancia. Pensaba que la suya sería una mirada de odio, enfado por el golpe. Pero no.

Veo los ojos más tristes y arrepentidos que puedo recordar.

Y, por primera vez, me arrepiento yo también de haberle pegado, de no haber hablado con él, de no haberle dejado explicarse a él tampoco. Pero los fríos ojos de Cheeto, a su lado, me recuerdan la marcas en el cuello de Marta cuando la llevaba al hospital, la angustia de no saber si viviría, su cara de dolor aun en el coche, su mirada cuando él la estaba ahogando, y ella me buscaba a mi, cómo para decir adiós.

Recuerdo todo esto y aparto mi mirada. Vuelvo a mirar al suelo.

Los ojos se me llenan de lágrimas, no lo puedo evitar. 

Siento que un brazo me rodea. Ayer hubiera pensado que era Mangel, o Marta, pero no puede ser, así que levanto la cabeza y veo a Frank. Me alegra que esté para mi, el resto de mis amigos están en Madrid. 

Recuerdo cuando él estaba mal. Yo lo ayudé tanto cómo pude, pero él se alejaba de nosotros. De todos menos de Alex. Cuando volvió a estar bien, también fue Alex el que nos hizo prometer que no hablaríamos de él, el que nos advirtió de que, aunque no lo pareciese, nuestro amigo estaba mal, y que teníamos que ir con cuidado, teníamos que vigilar que no hiciese depende de que cosas, no dejarle sólo. 

Yo tampoco quiero que me dejen solo.

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Bueno, que levante la mano la que esté dispuesta a ir y reconfortar a Rubius.

*levanta la mano*

Nadie más? No?

Perfecto. Ya voy, Rubén!!

Tranquilas, pronto sabremos que le pasó a Frank. Ahora me tengo que ir, pero nos vemos mañana en Not a love story, que mañana seguro que hay capítulo (lo tengo escrito xD). 

Bye <3


El hotel y él (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora