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-Bueno, nos vemos mañana!

La puerta se cierra, por fin.

Ya he dicho que las quiero mucho, pero también quiero estar un rato a solas con mi novio. Creo que estoy en mi derecho.

Pues eso, que mi queridísimo slenderman noruego me agarra la mano y me conduce al comedor.

Se gira hacia mi y me besa.

Joder que ganas le tenía.

-No me has dado un beso en toda la tarde, lo sabes?

Él sonríe.

-Qué, que tengo que ser yo quien te bese?

-No es eso, es solo que...

-Ya. Es que se me hace raro delante de criaturitas.

-Pues ahora me debes un montón de besos.

-Tranquila, un Lannister siempre paga sus deudas.

-Ahora eres un Lannister?

-Si.

-Pues yo soy una Stark, entonces.

-Eres mi loba?

-De acuerdo, pero tu mi león.

-Vamos, lady Stark.

-A donde, lord Lannister?

-A donde nos lleve el destino.

-Será eso muy lejos? Me duelen las piernas.

-No, probablemente será solo hasta mi habitación. Nuestra, esta noche.

-Que bien. Me apetece mucho volver a dormir junto a ti. Aunque eres un pesado cuando duermes, sabes?

-Ah, si?

-Si. No paras de moverte. Pareces un loco.

-Hmm. Eso es porque tu me vuelves loco.

-Claro, ahora la culpa es mía.

-Venga ya, te acabo de decir algo romántico. Colabora un poco.

-Perdón. Es que no puedo pensar claramente junto a ti.

-Ves? Tan difícil no era, verdad?

-Tienes razón. Ahora vayamos.

Me carga como a una princesa y nos dirigimos al destino planeado.

Me lanza encima de la cama y se tira al lado mío. Me mira y le beso.

Pasa su brazo por detrás de mi espalda. Le pongo una de mis manos en el cuello y la otra en el pelo.

Su pelo me encanta. Como a todas supongo.

Pero yo lo tengo aquí.

Al notar mi gesto, la mano que a él le quedaba libre se desplaza hacia mi cara y me acaricia la mejilla con dos dedos.

Puede que si que fuera esto lo que echaba de menos.

Me maravilla esta capacidad nuestra de estar así, y ya está. Sin necesidad de llegar a nada más. Solo esto.

Solo nosotros dos, eso es lo que importa.

Aprendes a valorar el que una persona querida esté junto a ti cuando la has tenido lejos.

Tan lejos que parecía inalcanzable.

Supongo que no hace falta que os cuente lo que se siente al tenerle lejos. Pero os pido que acepteis que es casi más duro cuando lo has tenido cerca.

Tan cerca, tan dentro como lo he tenido yo.

Nos separamos un segundo, nos miramos, sonreímos.

Y me lo dice todo con esa sonrisa.

Me dice que me ha echado de menos. Que me quiere, me ama. Que le hago feliz. Que lo tiene todo conmigo a su lado. Que el amor es el sentimiento predominante en su corazón ahora mismo.

Que levante la mano quién no haya soñado nunca que le miren de una forma parecida a esta.

Si veo una mano arriba, la corto, por mentirosa.

Así que el segundo se acaba. Nos volvemos a fundir en el tierno beso, con todo nuestro ser.

Y somos felizes, juntos.

El hotel y él (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora