CAPÍTULO OCTAVO (2ª PARTE)

229 12 1
                                    

CAPÍTULO  OCTAVO (2ª PARTE)

Unos dos días después llegó Diego, y al día siguiente Rodri…pero las chicas nada. Raquel ya había hecho selectividad y estaba pasando el mes de interrail con sus amigas de clase y de Julia poco sabíamos. Daniela me llamó, también vendría unos días pero no sabíamos cuando.  De momento allí nos teníamos la una a la otra y a los chicos.

Un día en las calas, los amigos de Carlos aparecieron por donde se ponían siempre pero no iba Carlos. Tati me pilló buscándole y se reía de mí. Las cosas no cambiaban, a pesar de todo. Me propuso un juego  con las cartas.

—Te voy a hacer tu boda.

—¿Mi qué?

—Tu boda— decía mientras colocaba cartas en dos grupos—. Mira, esta eres tú y esta tu familia— dijo señalando el primer grupo—. Este tu marido y esta su familia. Ahora elige, ¿con quién te casas?

—Pues no sé tía— reí nerviosa.

—Por ejemplo…con Carlos, ¿vale?

—Vale— dije entre risas.

—Estas tres cartas son amigos de Carlos, este primero es Juan y dice que vas a por él por su dinero— dijo entre risas mientras daba la vuelta a un 3 de oros—. Este es Andrés y dice que le quieres y el otro Andrés dice que quieres tener hijos con él.

Yo me reía mientras Tatiana iba leyéndole el pensamiento a todos los invitados de la boda. Me sorprendí al saber que Julia pensaba que yo quería a Carlos. Las dos últimas cartas eran él y yo. Levantó la de Carlos… él me quería. Gritamos como idiotas. Levantó la mía, salieron bastos…yo no le quería. Nos reímos un montón.  

Me divertía Tati, casi siempre sabía cómo hacerme reír. Pensaba en ella y Antonio, me preguntaba si ella estaría tan mosqueada por lo de Sandra como yo cuando conocí a Alexandra. ¡Tenían hasta un nombre parecido! No sabía cómo sacarle el tema, porque tampoco se puede decir que tengo mucho tacto, pero me sorprendió ella con algo que me dijo.

— ¿De verdad es complicado gustarle a alguien que tiene tres años más?

—¿Cómo?— le dije sin entenderla.

—Sí, bueno, ¿es difícil entrarle a alguien que ya tiene dieciocho años cuando tú tienes quince?

—Pues, si te digo la verdad… ni idea.

—¿Pero qué dices tía?— reía—. Si te has liado con Rafa…

—Ya…pero tía cada cual es cada cual, Rafa es como si tuviera ocho años.

—¡Tiene veinte tacazos ya! Es para flipar ¿eh?— me dijo.

—La verdad…no lo había ni pensado. ¡Qué puto abuelo! Si me pide cacho este año, recuérdamelo tía…porque al final me pide que me case y no he acabado aún de hacer la comunión.

—¡Calla, calla!— decía riéndose—. Porque el que a mí me mola tiene diecinueve, por eso te decía.

—¡No me digas! Entonces no es Antonio…

—Mmmm…no— reía. —¿Y quién es?

—Carlos. Mi cara debió ser un poema. No me lo podía ni creer, lo peor es que estaba a  punto de animarla a liarse con Carlos. De pronto pensé en que ese verano todo el mundo parecía haberse puesto de acuerdo para cambiar de opinión.

—Pero… ¡qué locura tía!—reí nerviosa—. ¡Carlos! Eso sí que es para flipar… ¿es que le has visto? Está bueno que flipas…y es un solete…de verdad.

Hasta que te conocí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora