Hoy es sábado.
No tengo por qué coger el autobús, pero no pude resistirme a pasar por delante por si tú estabas ahí.
Y si, estabas.
Pero esta vez venías sola.
Ibas con un gorro de lana que tapaba gran parte de tu melena rubia, y no te culpo, en noviembre siempre hace frío.
Me decidí por esperar a que el autobús llegara, y entonces subir, aunque no tenía pensado ir a ningún lugar.
Me senté a un asiento detrás de ti, y pude permitirme observarte en silencio.
Mirabas por la ventana, escuchando música.
Te bajaste, y yo iba a hacerlo también, pero no quería parecer un acosador.
Así que esperé a la siguiente parada.
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La parada del autobús
Short StoryElla siempre cogía la misma parada de autobús, a la misma hora. Él va una hora antes. ¿Y si un día a él se le hace tarde?