Día 4.
Sigo sin poder declararme.
Ayer estuve a punto de hacerlo, lo juro.
Pero me miraste con esos ojos, y mis nervios me jugaron una mala pasada.
Me es imposible.
Hoy llegaste con unas botas negras, y estabas muy feliz porque en una semana es navidad.
Yo también tengo ganas.
Pero antes de ese día, tengo que decirte lo que siento.
A este paso no podré decirlo nunca.
Mañana, si o si.
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La parada del autobús
Short StoryElla siempre cogía la misma parada de autobús, a la misma hora. Él va una hora antes. ¿Y si un día a él se le hace tarde?