Capitulo 6 Vida de un ignorante

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Yo soy el típico rompecorazones de las mujeres, mi nombre, Jack Frost, habrán oído de mí, mi nombre es popular. O eso es lo que dicen de mí, soy popular.

Pues si, lo soy, mi vida se basa en mujeres, alcohol y drogas. La mejor vida, pienso yo.

Tengo 17, no soy uno de los más listos pero no necesito serlo, mi belleza me basta, no tengo muchos talentos, solo se jugar fútbol, podría jugar en primera división si quisiera pero me da flojera.

Mi vida es muy simple, cumplo con mis trabajos del colegio, tengo cantidades de novias envidiables por cualquier idiota, fumo cuando quiero, mi hermanastro me compra alcohol para fiestas, soy feliz.

O eso fue lo que pensé...

Últimamente no puedo dormir, mis noches de placentero sexo no son placenteras, solo deseo terminar con todo. Ni la weed me hace feliz, me inyecto pero no logro sonreír.

Las chicas con las que salgo son sexys pero no logran alegrarme al verlas. Quisiera descubrir la razón por la que no logro concentrarme en nada, mi mirada se pierde, mis amigos me dicen sus historias de fiestas, cuanto se drogaron pero simplemente no quiero escucharlos. Este va a ser un largo curso lectivo, el pasado fue mejor cuando tenía a Mérida como mi amiga, y pues sí, se enfadó conmigo después de que la besé y luego me vio cogiendo con otra, que gran éxito Frost. Cuando la besé sentí algo que no había sentido con ninguna otra chica, sus labios sabían a chocolate.

Flashback

-¿Qué piensas crees que pasaría si te beso?- dije yo con un tono seductor, cerca de sus labios.

-No lo sé, eso habría que averiguarlo- respondió Mérida después de acercarse peligrosamente a mis labios, los rozó pero se alejó, se escondió tras un árbol, estaba obscuro, solo iluminado con la luz de la luna.

Escuché su dulce risa, me acerqué de a pocos, y me asombré al no verla tras el árbol. La busqué pero no la encontré, de pronto la veo cabeza abajo en una rama del árbol, me le acerco y le doy un beso tipo 'Spiderman'

Voy caminando directo a mi clase de ciencia, con mis audífonos y mi cuaderno en mano, de pronto veo a una muchacha de espaldas, pelirroja, con unos tacones altos rojos, tenía una falta algo corta y una camisa o bueno blusa de color blanco, se veía sexy, logré captar su atención y pronto noté que era Mérida, quedé atónito, ella era guapa pero ahora es extremadamente sexy, no puedo creerlo.

Tomé aliento y me acerqué a ella, acomodé unos mechones de mi cabello y tomé la iniciativa.

Al estar frente a ella me sentí nervioso, vi sus ojos color azul claro, la saludé de beso en la mejilla -¡Hola Mer! ¿Co-como estuvieron tus...- dije sin poder recordar la última palabra de mi pregunta, -¿Vacaciones? Bien, pasé con mi prima la navidad, con Astrid y sus padres, fui a la playa, practiqué tiro con arco...- cada vez sentía que me iba en sus palabras, sólo la observaba pronunciar cada palabra con su dulce voz, sus ojos brillaban... ¿Pero que estoy diciendo? Yo no soy así, nunca voy a ser así, no puedo hacerlo, yo soy Jack Frost el rompecorazones.

-Jack, ¿me estas escuchando?- dijo Mérida algo frustrada tras haberme pasado su mano frente a mis ojos.

-Claro que sí, yo-yo estaba pensando en que tengo un proyecto de física que entregar, es muy importante- salí de ahí y me dirigí hacia Hiccup y Giro.

-Chicos, ¡No me lo van a creer!- dije yo con aire entre cortado.

-¿Que sucede Jack? Espero que no sea ninguna emergencia de tu cabello...- dijo Hiro restando le importancia.

-¡No! Claro que no, es algo más importante que mi hermoso cabello. ¿Vieron a Mérida?- respondí yo con desesperación. -No, ¿Qué pasa con ella?- dijo Hiccup -¿Que pasa? ¡Miren la!- dije yo señalando a Mérida junto con Anna, Elsa y Punzie, todas se veían hermosas, Anna se veía mayor pero más linda, Punzie se veía como una súper modelo, y Elsa parecía una reina.

Todos soltamos aliento mientras las veíamos acercarse a nosotros, parecíamos anonadados, las chicas nos sonrieron y con un gesto amigable nos saludaron.

-¡Hola chicos!- dijeron todas al unísono mientras todos estábamos impactados por el gran cambio que tuvieron todas.

-Hola hermosas- dijo Eugene pícaramente, se acercó a Pinzie, tomó su mano le dio un beso. Hiro se acercó tímidamente a Anna, y le dio un abraso amistoso, ella sonrió y sus mejillas se tornaron un color carmesí.

Yo me acerqué a Mérida de nuevo -Hola de nuevo Mer- dije con mis manos en los bolsillos, ella movió un mechón de cabello detrás de su oreja, se acercó y me besó la mejilla -Había olvidado darte esto- mis mejillas se pusieron rojas, más mi color de piel no fue gran aliado para evitar ser muy notorio.

Nos fuimos con las chicas a sentar en un pollo cerca del comedor, era la hora del almuerzo, todos estábamos hablando del verano y lo que hicimos.

-Entonces Anna, ¿Que hicieron Elsa y tu este verano?- preguntó Eugene abrazando a Punzie por la espalda mientras la tenía en sus regazos. -Pues...no sé si les contamos algo un tanto importante...- dijo Anna. -Anda diles Anna- reprochó Elsa -Pues verán, Elsa y yo venimos de Arendelle, fuimos ahí de vacaciones, nuestros padres murieron hace dos años atrás y pues verán, Elsa y yo vinimos aquí para tener una vida normal pero al morir nuestros padres nadie estaba a cargo de la empresa- se escuchó como alguien tocía -¿Empresa?- interrumpió Hiro -Pues sí, Elsa y yo somos dueñas de una empresa, en realidad Elsa es la gerente general y yo soy Sub gerente, nuestro tío Áster nos ayuda con los ingresos de la empresa- terminó Anna, yo quedé un tanto impactado, no esperaba eso -Entonces tienen mucho dinero- dijo Eugene, a lo que Hiro lo pateó en la rodilla -Jaja pues sí- dijo Elsa -Ahora podemos tener fiestas en sus casas- dijo Mérida, todos reímos -Primero tenemos que comprar una casa- dijo Elsa, Anna estaba tomando un sorbo de su refresco y lo escupió -¡Es cierto! Vamos a comprar una casa, ya sé cómo la quiero, con piscina, sala de juegos, mini bar...- dijo Anna, esa idea me parece, un mini bar, será una mansión, sólo para ellas dos, es increíble, quisiera tener la vida de alguna de las dos.

Estaba tan perdido en mis pensamientos que no noté cuando todos se ponían de pié para ir a clases, recogí mis cosas y caminé a mis clases de matemática, es la primer clase, debo llegar de último y llamar la atención de todos.

Entro a mi aula y todos están sentados en los pupitres, el profesor en su escritorio tomando notas, es un hombre robusto, su rostro no me inspira mucha relajación, supongo que es un roco de 50 años, al entrar busco con la un asiento, y lo encuentro, justo al final de la clase, detrás de ¿Mérida? Camino un poco y escucho como el profesor toce a propósito -Disculpe profe si se siente enfermo podría tomarse el día y darnos unas lecciones libres- dije confrontándolo -Usted debe ser un Frost, su padre era igual que usted, arrogante y con el ego por las nubes, llegando tarde a sus clases, espero logre encontrar un asiento pronto y no sea también un leve retraso en su cerebro y así empezar con la clase- dijo él, todos rieron en voz baja, voy a tener broncas con este hijo de su mamá.

Tomé asiento tras la sexy Mérida, creo que ya tengo a mi siguiente alicate (apreté y jale, dicho costarricense) debo planear mi siguiente jugada, la hablada, me la cojo y luego mi quite para seguir con la rica rubia de la primera fila, con su pantalón a talle se le ve un trasero enorme.

Mi día transcurrió lento pero seguro, viendo a las nuevas, los cambios de las viejas, y las nuevas zorras cogibles del lugar.

Al terminar el día me reuní con los chicos de fútbol para organizar la primera fiesta del año.



Como arruiné mi vida... "Hiccelsa, Jarida, Hiranna, Euginzel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora