Capítulo 20- Un suspiro.

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Después de quemar las rosas, Kristoff iba caminando hacia su apartamento, iba llorando, golpeando los basureros y en ciertos momentos gritaba de frustración. En su mente solo pasaban imágenes de Anna riendo, luego de su alegría al verla así, llegaba la reciente, Anna besándose con Hiro.

Iba ya tan atareado y sofocado, haciendo que su paso fuera torpe. Una de las tantas veces que se mareó por el dolor en su cabeza quedó frente a un auto en movimiento, por suerte el hombre lo vio antes de embestirlo, lo cual fue una llamada de atención para él de tomar un respiro.

Ya sentado bajo un árbol se puso a pensar, analizando la situación para saber qué debía hacer. Hasta que llegó a una conclusión «Soy una persona razonable, puedo conseguir novia en cualquier otro momento, ahora puedo dedicarme a estudiar... Pero justo ahora necesito un trago» pensó, y así fue, se puso de pié, tomó un taxi y fue directo al bar más cercano, con el poco dinero que tenía en el bolsillo.

Pero lo que no sabía era que cierta persona también tuvo esa idea.

Al llegar, pagó al taxista y entró. Dentro había mujeres y hombres hablando, algunos en la barra y una pareja de adultos cantando karaoke. Se acercó a la barra, una hombre calvo de color se acercó a él.

— ¿Qué te doy, chico?

—Necesito el trago más fuerte que tenga, pero solo tengo esto— dijo sacando de su bolsillo el poco dinero que tenía.

—Mmm. Con eso te alcanza para el trago especial de la casa, con dos tragos sentirás como las penas se ahogan, pero de cortesía te daré sangría, veo que tuviste un día duro— dijo él, Kristoff agachó la cabeza, el hombre lo notó, se apuró a servir los tragos y los puso frente a él sin decir nada.

Mientras Kristoff tomaba su amargo trago Hiro llegó al bar, se acercó a la barra, justo al lado se Kristoff pero ninguno de los notó la presencia del otro, lo cual fue bueno hasta el momento en que Hiro pidió su trago.

—Deme un ron flor de caña, por favor— dijo él.

Pero entonces Kristoff lo escuchó, lo volteó a ver con rabia, de un salto se puso de pié y lo tomó de la camisa con su mano derecha y lo empezó a golpear en el rostro con su mano izquierda.

Hiro acató a tapar su rostro con sus manos, lo cual le ayudó un poco, pero luego se cansó de evitar golpearle y lo tomó de ambas manos, con un movimiento de judo lo derrumbó y se posó sobre él sujetándolo. Con ambas manos en el cuello de éste empezó a ahorcarle hasta casi dejarlo desmayado, pero entonces una chica se lanza sobre ellos y los separa con una gran destreza.

-Alto- gritó ella.

Pero su rostro estaba tan cerca del de Hiro más su estado que impedía ver con claridad hizo que por accidente la golpeo a ella, haciendo que se hiciera el silencio, con su pelo en el rostro y ojos cerrados empezó a subir de a pocos el rostro hasta estar al nivel del de Kristoff.

-Lo siento- dijo él.

Pero ya era tarde, la chica era experta en karate y lo usó como su saco de entrenamiento, Hiro trató de sacarlo de su alcance pero lo que causaron fue que la mayoría del bar comenzara una gran pelea gracias a los empujones y golpes que causaban el trío.

Todo resultó tan desastroso que llegó la policía, y a quienes se llevaron fueron a la chica, Hiro y Kristoff.

Todos estaban sentados esperando que llamasen a sus padres, Hiro parecía preocupado. La chica, bueno, ella no mostraba ninguna emoción en su rostro. Más Kristoff seguía enfadado y con un ojo morado y raspones en su rostro, Hiro sólo tenía unos cuantos moretes en brazos, espalda y estómago.

Después de un rato una policía se acercó a ellos.

-Ya hemos llamado a sus padres, los tres se quedarán hasta mañana a las siete de la noche en las celdas. Y Kristoff, necesito hablar contigo.

-El número que nos diste ya no existe- dijo ella a Kristoff cuando estuvieron lo suficientemente lejos de los otros dos jóvenes.

-Lo sé, ese es el único número que me dieron del orfanato desde que me dejaron vivir sólo, lo cual fue hace dos años y medio...yo estoy por mi cuenta, el orfanato cubre mis necesidades y mis utensilios del colegio y yo...

-Entiendo, diré que es mayor de edad para evitar mayor problema, pero espero no verle de nuevo aquí.

-No será así, gracias oficial- dijo haciendo una pausa esperando información.

-Angela, mi nombre es Angela Smith.

-Mucho gusto- dijo sonriendo, una sonrisa contagiosa, pues ella también sonrió.

Angela llevó a los tres chicos a sus celdas. Hiro estaba justo al lado de la chica, pero Kristoff estaba justo frente a ambos.

Después de un rato de quejas entre ellos la chica que resultó llamarse Mulán, quien trabajaba al lado de ese bar quedó dormida.

-¿Por qué?- preguntó Kristoff.

-¿Qué?- respondió Hiro.

-Después de tanto tiempo, ¿qué te hizo pensar que ella iba a querer volver contigo?

-Yo...no lo sé. Pensé...

-¿Qué diantres pensabas?- dijo Kristoff exaltado.

-Un día, estaba con Vanelope, estábamos en el lugar con el que pasaba tiempo con Anna, ella insistió en ir. Yo no quería. En fin, empezó a hablar de un tema que tocamos Anna y yo, lo sentí tan familiar que no pude evitar decirle <Hey Anna, ya habíamos hablado de esto, no voy a tener hijos> Ella se alejó de mí, se puso de pié y se fue de ahí caminando. Entonces me di cuenta que mis momentos más felices los tuve con ella, ella era quien me hacía ver el mundo de una forma distinta y no podía dejarla ir sin pelear.

-Hmm. Es cierto, ella hace que cada momento sea especial.

-Tenemos un grave problema amigo. Estamos enamorados de la misma chica, y las posibilidades de que esto termine bien son casi nulas- dijo Hiro melancólicamente.

-Sí. Me duele tanto la cabeza.

-A mi también... ¿Has escuchado hablar de los suspiros?

-No, ¿qué son?

-Son unos dulces de colores, creo que están hechos de lustre de pastel o algo así. Se me acaban de antojar. Vamos mañana cuando salgamos de este lugar tan deprimente que me recuerda a mi casa y terminamos de discutir este asunto porque tengo sueño y dudo aguantar mucho más.

-Bueno. Descansa hermano.

Ambos durmieron hasta el día siguiente en la mañana cuando llevaron a un tipo gritando que había asaltado una tienda unas cuadras arriba de ahí. En la tarde cuando salieron pudieron ir por el suspiro y arreglar sus diferencias, tanto así que Hiro invitó a Kristoff a dormir a su casa.

Ese día fue muy amistoso entre ambos.




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Perdón por durar tanto! Espero les guste este cap!!


Como arruiné mi vida... &quot;Hiccelsa, Jarida, Hiranna, Euginzel&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora