Las vidas de los chicos del grupo E darán un giro inesperado con lo que les espera.
El juego no terminó...
El Juego apenas comienza.
La Battalla Real comienza
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Mi hermano.
El está aquí.
El simple hecho me parece imposible, hasta donde yo sabía, él estaba realizando su servicio en otra parte de la nación, entrenando a otros soldados para su iniciación en todo esto del ejercito... prácticamnete, siendo un héroe sólo como él lo es.
—¿Cómo llegaste aquí?—le indago
—Me enteré por mamá—me responde, muchos dirían que se parece a mí, de no ser por la nariz, que él tiene ligeramente más delgada y pequeña que la mía.
—¿Cómo?—me confunde—¿Cómo te enteraste por ella?—le interrogo
—El día que te fuiste a la escuela, apenas pisaste la escuela, ya habían soldados en la puerta de la casa, para informarle a mamá y a papá que ese día, tu grupo no regresaría—me explica con la frente un poco arrugada
—¿Y cómo te enteraste?—exijo que me explique
—Mamá me habló preocupada por tí...y una hora más tarde, me felicitaron por ser hermano mayor de uno de los concursantes de los cincuenta grupos
—¿Cincuenta?—El número me parece irreal, ¿cómo puede haber tanta crueldad para matar a cincuenta grupos de chicos y chicas alrededor de la nación?
—¿No leístes las leyes educativas?—Me indaga mordiendose un labio
—¡Tal vez hubiése preferido suicidarme antes de saber todo lo que aquellas significarían!—le explico formando las palabras de lo que reflexiono
Si hubiése sabido que al llegar al último año de preparatoria, estaría entre la sposibilidades de ser seleccionado para ser llevado como un cerdo a un matadero, hubiese preferido acabar con mi vida yo mismo, antes de ir ahí.
No quiero saber qué será o que fue de los que ganaron en las otras 49 arenas... regresar a sus hogares, para que sus padres reciban a un asesino, regresar para que enfrenten a los rostros de los familiares de aquellos a los que asesinaron y alguna vez consideraron amigos
—¡No digas esas pendejadas Bro'!—me reta cambiando su expresión
—¿por qué? ¿Qué te sucede?—Indago
—¡Nada!—me niega sacudiendo un poco la cabeza, pero el es muy alegre como para esas expresiones
—Un segundo...—algo me confunde un poco
—¿Qué sucede?—indaga cambiando completamente su mirada
—Sólo explicame una sola cosa—le exijo
—¿Qué quieres que te explique?—me indaga haciendo que camine de regreso al dormitorio
—¿Cómo...?—indago tratndo de formular una pregunta, pero es dificil con la confusión que eso me causa—¿Cómo llegaron en el momento en el que salíamos de la arena?—lo veo directamente a los ojos y veo cómo algo que me oculta se hace pequeño en ellos
—Bro'...—comienza y baja la mirada—Tengo que hacer esto...—sus palabras causan algo extraño en mí... una combinación de miedo y dolor al mismo tiempo—... No lo hagas más dificil—dice mordiendose un labio
—¿Hacer más dificil qué?—le indago
—¡debes entrar a tu dormitorio!—me ordena abriendo la puerta con cerradura como de búnquer
—¡Sólo respondeme una sóla cosa!—le pido casi suplicando, mientras retrocedo dentro de la habitación, en donde tanto Víctor como Baeza aparentan estar dormidos
—¿Qué?—me responde con la puerta entrecerrada
—Esto no se acabó ¿Cierto?, me refiero... al juego...¿no se acabó cierto?—le pido una respusta, pero el guarda silencio, mientras arruga un poco la frente, baja la mirada, sólo para decir
—¡Lo siento!—seguido del cierre de la puerta y el sondio de la cerradura cellar la puerta